9 de marzo de 2014

La victoria del Travieso Arce

La victoria del Travieso Arce en Nogales (ganó en 5 rounds al brasileño Aldimar Silva) alcanza el mérito de haber sido algo digno, porque yo esperaba un bodrio.

Cuando se tienen 34 años de edad y la trayectoria de Arce, cada pelea debe tener un por qué, y les confieso que anduve muchos días preguntándome a quién se le ocurrió este combate y qué aportaba al presente de Jorge.

Hace quince días le dije al Travieso que no me gustaba esta pelea, contra un perdedor en sus últimas presentaciones, que no le iba a dar ni batalla ni gloria y, al contrario, lograría que unos cuantos señores del público le gritaran “fraude”, innecesariamente.

Travieso me explicó que quería un compromiso de esos que llamamos de trámite (donde las posibilidades de victoria del rival escogido son mínimas) para medir su estado actual antes de encarar un compromiso mayor, que él dice que será pelear con Jhonny González (no sé cómo, porque Televisa y TV Azteca no se unieron para hacer Canelo-Chávez, con lo que no vamos a creer que van a querer esta pelea que promete Arce). El argumento no me convenció, pero como en la vida no se puede pretender que todos piensen con nuestra cabeza, en un esforzado ejercicio de tolerancia decidí esperar la pelea.

El Travieso fue anoche algo más de lo que yo esperaba, y también lo fue Aldimar Silva. Lo necesario para arañar el escalón de la dignidad que salvó una pelea en apariencia indefendible.

Los esfuerzos de Arce por cargar sobre el visitante desde el segundo round buscando doblegarlo no fueron fingidos ni dieron resultados inmediatos. Digamos que el Travieso tuvo que esforzarse un poco y mientras lo hacía nos mostró su andar alegre sobre el cuadrilátero.

Habrán notado que el de Los Mochis ya no es aquel que caía sobre el rival con una catarata de golpes desde el arranque. A su manera en la pelea de anoche boxeó y debe reconocérsele. Que nadie me diga que el rival no le exigió nada, porque ya lo sé, pero aun con poca oposición el trabajo puede hacerse bien o mal, y Travieso lo hizo bien. Sus golpes a los bajos de Aldimar fueron bien logrados por él y bien tolerados, por más de tres rounds, por aquél.

Por otra parte, Aldimar hizo un buen esfuerzo por no defraudar ante un adversario que era infinitamente más que él, y conectó una docena de golpes de calidad. Para los que no esperábamos que conectara uno solo, estuvo bien.

No sé si Travieso está para más peleas grandes, o qué tan grandes. Pienso en lo sucedido cuando subió contra Nonito Donaire y soy poco optimista. La diferencia que hay entre Nonito y Aldimar es la diferencia que hay entre esas dos peleas. Los puntos de referencia que son estos dos combates dejan pocas dudas y muchas certezas, lapidarias para el mochiteco.

De cualquier manera el Travieso volvió a llamar la atención, porque es mediático y popular. A pesar de que en la transmisión de enfrente tenía al Canelo, la participación de la gente en nuestra transmisión, por redes, fue un vendaval, y seguramente la medición será muy alta.

Con curiosidad esperaré qué se anuncia para el futuro de Arce, que no será una pelea con Jhonny González. Para mí no habría nada mejor que ponerlo contra el Kochul Montiel en el escenario más grande posible en Los Mochis. Llenarían cualquier estadio y el país estaría pendiente de estos dos vecinos, ex campeones, veteranos de ralea, pero parece que el Travieso no quiere esta pelea. Se la mencioné varias veces y me dice que no. Ojalá comprendiera que en lo que le queda de boxeador, es quizá lo más espectacular que con él se puede montar.

BOLIVITA UZCÁTEGUI
José Bolivita Uzcátegui, el peleador venezolano de apellido vasco domiciliado hace ya tiempo en México, le ganó en preliminar al Destroyer David López, con méritos y con holgura, pero dejando todavía dudas por su incapacidad para defenderse.

No es posible que él y sus manejadores no vean lo que vemos todos, que no hay progresos en este terreno y que es necesario practicar para superar las limitaciones.

Fernando Beltrán piensa ya en probarlo en una pelea dura (mencionó a Brian Vera), para lo que no está preparado. No es lo mismo el Destroyer que tiene el mérito de ser un duro y pocos méritos más, que alguien con recursos como Vera y los que vengan después.

Para que el andar del Bolivita --que tiene olfato de buen boxeador y posibilidades de crecer—no se detenga, tiene que quitarse golpes porque hoy le entran hasta los que no le tiran. No hay posibilidades de fracasar: si se lo enseñan lo aprenderá. Movimientos de piernas para salir de la zona de fuego y levantar la guardia. Cuando le pegan en la cara sus guantes están quince centímetros más abajo de donde deben estar.
Antes de volar en los cielos hay que flotar aquí, en lo terrenal.