18 de diciembre de 2016

El sucio robo a Toño Morán

La pelea de ayer entre Antonio Morán y Emanuel el Pollo López, en Tuxtla Gutiérrez, no pasó por televisión, de modo que la mayoría de las personas que lean este comentario no la habrán visto. Por lo tanto no podrán imaginar nunca de qué tamaño fue la injusticia con que un fallo bestial (y que perdonen las bestias el calificativo) negó al primero de ellos una victoria que merecía ampliamente tras haber hecho una producción sobresaliente.

Yo veo boxeo hace 52 o 53 años, amigos. Diez peleas por semana y a veces muchas más, y aunque los fallos idiotas abundan, apenas puedo recordar 3 o 4 casos de herejías como la de anoche.

Morán perdió el quinto round, y ganó los otros siete.

Un juez lo dio ganador. Otros dos señores se la dieron al Pollo, casualmente chiapaneco, como ellos.

Un mar de indignación se agitó entre la gente del boxeo alrededor del ring, pero como usted adivina, no pasará nada. Tendría que tener mucha dignidad el comisionado local para reaccionar, y no lo hizo a tiempo, es decir en el momento, rechazando el insuceso.

Alguien de la promoción vino y me dijo al oído: “Es terrible la incapacidad de los jueces de aquí”. – Ah, sí, ¿incapacidad? Pero fíjate que se equivocan para favorecer al local, no al visitante, le respondí.

Así es desde que el boxeo existe: los jueces incompetentes votan por el local, por el famoso, por el compatriota, por el del promotor o por el favorito.

¿De qué infecta calaña, de qué falta de educación y sentido de la justicia serán estos mequetrefes que le quitan a un chico una victoria en una pelea que no admitía dudas?

Por ahí del segundo round, como Morán me estaba llamando la atención por su buen trabajo, me puse a observar qué pasaría con él cuando lo conectaran con solidez, cosa que me fue imposible averiguar porque en el resto de la pelea López le pegó muy poco, aunque le ganó el round número 5. No exagero un ápice si digo que en dos o tres rounds de la pelea el Pollo no le pegó un solo golpe digno de un comentario.

Estos individuos inmorales capaces de dar tan terribles decisiones, son desalmados. El que ganó y no se la dieron entrenó muchas semanas, hizo mucho y bien por su sueño de crecer como deportista y como ser humano, tiene familia, defiende un futuro, se parte el alma, trabaja mientras le pegan. Es fácil que cualquier día pierda la motivación y abandone todo acobardado por tanta vileza y crueldad.

Hace años que digo que en el boxeo juez es cualquiera. Y cuando lo digo me refiero a que se llega a juez por un compadre o un amigo. No hay escuelas y no hay exigencias. Son gente que no pasa por un filtro. Un profesionista estuvo en aulas, tuvo maestros, rindió exámenes, se formó. Un pelagatos cuate de la cantina no pasó por ningún lado, y las comisiones de boxeo le abren las puertas con trato de respetable señor juez.

Hay excepciones, y jueces honestos, por supuesto. Esos no están en cuestión.

¿Quién va a poner orden en nuestro deporte? En los organismos no se puede confiar porque hace rato andan extraviados. México carece de una federación nacional con fuerza y trabajo digno. Si estoy equivocado que me diga la Fecombox qué ha hecho y qué va a hacer para que crímenes como el de ayer en Chiapas ya no puedan ser cometidos por dos imbéciles con la más indignante impunidad.