15 de junio de 2017

Roberto Durán

Roberto Durán está entre los diez primeros en todas las listas de mejores boxeadores que se han publicado los últimos años. En ninguna es el primero.

El héroe panameño, sin embargo, encabeza la mía. Encaja con precisión en el molde de lo que considero un boxeador perfecto. O casi perfecto, concediendo que no hablamos de robots y que en todos los hombres del ring ha habido flaquezas y errores. Mike Tyson también dice que 'Manos de Piedra' es su boxeador preferido.

De gallo a crucero, de 52 a 80 kilos, durante 33 años, se batió con rivales de doce categorías; en seis de esos pesos peleó con los mejores de su tiempo. Hizo 119 peleas, ganó 103. Despreció lo que más cuida un boxeador que se cuida, el equilibrio en el peso con el enemigo. Ken Buchanan, Esteban De Jesús, Carlos Palomino, Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler, Davey Moore e Irán Barkley son las referencias de sus grandes noches.

Hay siempre mucho de gusto personal en la confección de listas. Durán es el que más me gusta en el grupo de los que cualquiera puede ser elegido; el de los excepcionales, los semidioses. Ponga usted en número uno a Willie Pep, a Ray Robinson, a Jack Dempsey, a Henry Armstrong, a Benny Leonard, a Muhammad Alí y no le diré que está loco. Le diré “Está bien, puede ser, eligió usted a un inmortal”.

Desde siempre parece obligación decir que el mejor fue Sugar Ray Robinson. Es una gran elección, pero si Robinson es un buen candidato Durán también lo es, y es el mío. No olvido que existe el pasado, y sé que entre 1,400 campeones mundiales que ha habido son muchos los que pueden competir en cualquier discusión. Jack Johnson y Joe Louis entre los pesos completo; Harry Greb, Stanley Ketchel, Mickey Walker y Carlos Monzón en peso medio; en welter Barney Ross; en superligero Julio César Chávez; en ligero Joe Gans y Carlos Ortiz; en pluma Terry McGovern.

Roberto Durán se bajó del ring en la segunda con Leonard, no peleó, se fue a su casa. Algunos no se lo perdonan e interpretan esa catástrofe deportiva como un signo de cobardía, que yo no veo. Se necesitaba ser más valiente para dejar el ring, que para quedarse. Lo que hizo en la noche aciaga de Nueva Orleáns fue producto de la locura, no de la cobardía. Sucedió después de haber bajado 12 kilos en un sacrificio demencial, los últimos cinco en 72 horas de tomar diuréticos y no comer, ni beber.

No tengo que defenderlo, ni quiero. Hablo de un momento culminante en el boxeo de todos los tiempos, que manchó su carrera. Se bajó del ring sin medir lo que hacía, prescindiendo del menor compromiso con los millones que lo estaban viendo. Era Durán.

¿Cómo se elige entonces a quién es mejor peleador? Cuenta el de sus mejores noches, y algunas consideraciones periféricas que aportan al criterio. Robinson no podía perder con Paul Pender y perdió las dos veces que pelearon. Gene Tunney le ganó dos veces a Jack Dempsey, pero perdió una pelea con Harry Greb a quien aventajaba mucho en peso.

A los boxeadores se los mide por la oposición que tuvieron y los resultados logrados. Vemos el mejor que fueron, su máximo nivel, y lo ensamblamos con la trayectoria . Hay varios Durán que recordar. El primero fue el que en 1972, con 21 años e invicto en 28 peleas, se coronó campeón de peso ligero ganándole a Ken Buchanan en el Madison Square Garden. De ese título el 'Manos de Piedra' hizo 12 defensas exitosas, ganando 11 por nocaut. Fue su tiempo glorioso en el que unificó opiniones como el mejor peso ligero de la historia, superando lo imposible, relegar a Benny Leonard, a Tony Canzoneri y a Joe Gans.

Después vino el delirio, cuando apaleó y ganó la decisión a Sugar Ray Leonard en Montreal. Subió no favorito 5 a 1. Me gusta decir que ganó Durán “la única vez que pelearon”, porque en las otras dos peleas Durán no era Durán. Perdió con Leonard como Leonard perdió años más tarde con Terry Norris.

En 1983 Roberto Durán, de 32 años, 12 kilos arriba de su peso natural, peleó con Marvin Hagler, de 29, por el título medio. Hagler ganó por 1, 1 y 2 puntos en las tarjetas, tras 15 rounds. Al final del round 12 Durán iba ganando, pero las peleas todavía eran a 15. Casi seis años después conquistó ese título venciendo a Iran Barkley con comodidad.

Al final, ya se sabe, perdió 5 de sus últimas 15 peleas, por seguir en el ring a los 50 años de edad. No está mal si pensamos que Kid Gavilán fue un inmortal y de las últimas 15 perdió 9, yéndose a los 32. Y Robinson de las 15 del adiós también perdió 5, a los 44. Olivares perdió 6 en ese último tramo, y se fue a los 41.

A golpes Roberto Durán se convirtió en leyenda. Sobre el espasmo sin final que es su hazaña deportiva se yergue la figura del coloso que mira a la inmortalidad.