29 de enero de 2016

Lo que viene en el boxeo

El anuncio de Juan Manuel Márquez sobre hacer dos peleas antes del retiro sacudió favorablemente los ánimos del público de boxeo en México.

El próximo mes de mayo, fecha en la que podría estar regresando al ring, se cumplirán dos años desde su última pelea, cuando le ganó con facilidad a Mike Alvarado en Inglewood.

La escasez de figuras notables, la despedida de las que había y se van, hace especialmente traumático para nuestro boxeo el cercano adiós de Márquez. No se esperaba tanto de él, cuando algunos creemos que es un boxeador mentalmente retirado y pensábamos que sólo planeaba una despedida sin grandes sacrificios. Pero habla de pelear con Miguel Ángel Cotto, y eso sí sería regresar en serio al ring.

Es admirable en Juan Manuel su buena disposición al entrenamiento y al rigor que significan meses de sufrir para estar a punto cuando llega una pelea, como acostumbra. Él es un hombre rico, que si sabe administrar lo ganado tiene su vida asegurada, y es muy cansado levantarse a correr a las 3 y media de la madrugada cuando no se tiene ninguna necesidad de hacerlo.

Si pelea lo hará dignamente, porque no conoce otra cosa. Se prepara para una guerra cada vez que ha de subir al ring.

Manny Pacquio se despedirá en abril, para ser un ex boxeador y programarse una vida nueva. Con sorpresa noto que unos cuantos aficionados se inconforman con la tercera pelea que el filipino sostendrá con Timothy Bradley. Esto sucede siempre en el boxeo, y me pregunto por qué en el tenis cada quince días se enfrentan una y otra vez los mismos competidores y los espectadores del mundo renuevan el interés. Están por dirimir la final de Australia Novak Djokovic y Andy Murray, y el planeta entero está pendiente, sin importar que ya se enfrentaron 25 veces.

Pacquiao podría haber ofrecido menos. Es cierto que en las dos peleas anteriores Manny ganó unos 8 o 9 rounds en cada una, pero el tiempo pasa más rápido para el más viejo, y esto agrega esperanzas a Tim para el 9 de abril.

El Gallo Estrada debe pelear más seguido. Bueno sería que tuviera fecha para una nueva presentación, ya que 2015 pasó para él sin pena ni gloria con dos peleas chicas que no le aportaron ni brillo ni dinero. Es un prodigio de boxeador que queremos ver escalar hasta el cielo en los meses por venir.

El Canelo Álvarez vive el mejor momento de su carrera si pensamos en popularidad y en dólares, y lo aprovechará este año con dos peleas que le permitirán caminar tranquilo mientras espera un acontecimiento grande. Apueste usted a que no subirá a un ring a pelear con Gennady Golovkin este año. Esa pelea es segura para un poco más adelante.

Chon Zepeda y Oscar Valdez tienen que mostrar este año de qué son capaces, igual que el Alacrán Berchelt.

Carlos Cuadras y el Bandido Vargas están en condiciones de hacer que 2016 sea un gran año para ellos.

Una victoria de Gilberto Ramírez sobre Arthur Abraham sería casi un milagro, pero los milagros se dan de vez en vez. Deseo equivocarme; la oportunidad que tiene adelante el zurdo de Mazatlán la veo difícil para convertirla en victoria.

En este apretado panorama están muchas de las esperanzas del boxeo mexicano para lo que se avecina. Que les vaya bien a nuestros peleadores. El esfuerzo, la aspiración genuina por ser mejores, la búsqueda de un horizonte cada vez más lejano y no por lejano imposible, deben estar acompañados por los mejores augurios.

La suerte es el promedio exacto entre lo que buscamos y lo que encontramos en la vida.