6 de noviembre de 2019

El Canelo, ¿verdad o mentira?

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis… así siguen pasando las peleas y el Canelo no consigue su guerra. Tal vez no la quiere, pero la necesita. Por eso de las críticas rabiosas que recibe.

El Canelo peleó otra vez en una sola velocidad, y lo monocorde aburre.

Hasta aquí lo que puedo criticar de Saúl.

Lo demás me parece una victoria valiosa producto de un gran esfuerzo sobre Sergey Kovalev y el cuarto título.

Sobre los gritos y las quejas, hoy bloqueé una docena de contactos en redes que me insultaron, aunque yo no haya peleado. No bloqueé a ninguno por estar en desacuerdo conmigo, sí por la miseria de la agresión. Quieren, algunos, que desollemos vivo al infiel, que digamos en la transmisión de televisión que todo es un fraude, hasta las luces que alumbran.

Busqué sin éxito un solo periodista –UNO SOLO- confiable, de esos que son aceptados y creíbles para la mayoría, que cuestionara a Canelo o a la pelea, y no lo encontré. Ni mexicano ni extranjero.

Mientras el puñado de odiadores de siempre, ahora redivivo, me exigía que yo denunciara la pelea arreglada, ponderaban a Canelo Lance Pugmire (ex Los Ángeles Times, diciendo que Eddy Reynoso debe ser el manager del año), Kevin Lole (de Yahoo, que tenía la pelea empatada), Dan Rafael (que dijo “ahora Canelo es # 1 del mundo L xL”), Eric Armit (en su reporte semanal desde Inglaterra), la revista Boxing Monthly (también de Inglaterra), Sendai Tanaka (desde Japón, que dijo empatada). Príncipi en Argentina con suavidad aceptó “una gran definición borra un libro de objeciones boxísticas.”

Fernando Barbosa de ESPN habló de una “brillante estrategia de Álvarez.”

Leí comentarios buenos y medianos en la prensa de Rusia, de España y de Filipinas. Denuncias ninguna.

Entre los mexicanos Fernando Schwartz fue el más crítico, pero reconoció en Canelo a un buen peleador. David Faitelson, Diego Martínez, José Luis Camarillo, y Salvador Rodríguez reportaron sin novedad. Nadie señaló que hubiera que llamar a la policía.

No quiero aburrir porque para un muestreo es suficiente. Repito que si alguien, confiable, denunció fraudes o imposturas, todavía no me enteré.
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La pelea no fue para la antología del boxeo. A Canelo le di perdidos los primeros cuatro rounds, y ganados los siguientes tres. Kovalev parecía no ser el de sus mejores noches y lo dijimos en la transmisión. No sacaba la derecha y también lo dijimos.

Pero de inicio el ruso con su jab de izquierda gobernaba la pelea.

Canelo perdía contra el jab en los primeros rounds porque no sacaba golpes.

Saúl hacía las cosas bien, pero no movía la montaña. Kovalev era muy pesado, más de lo que el mexicano y los Reynoso habían calculado.

Casi al final Jim Lampley escribió en un tuit: “no encuentro otra puta manera de anotar esta pelea más que todos los rounds 10 9 para Kovalev.”

Digan ustedes lo que quieran del trámite de la pelea, porque están en su derecho. Si Kovalev no usó la derecha yo no sé por qué no lo hizo, y no lo tengo que defender. Pero el final de la pelea, la definición de Canelo es legítima. No hay actuación alguna ni acepta reproches.

Fue una pelea más. Seguiremos contando… seis, siete, ocho… ¿hasta cuándo? No sabemos.

Para que Saúl entregue una pelea con drama en serio e intensidad, no en una sola velocidad.

Fue una victoria buena, importante, que suma.

No hubo estafa. El Canelo es así, lo tomas o lo dejas.