12 de noviembre de 2008

"El hombre considera inferior al animal, y de su propiedad"

¿Cual es tu concepto de "Derechos de los animales?
Nada en la naturaleza dice que la vida de un hombre es más apreciable o necesaria que la vida de una lagartija. Lo dice el hombre, por su tendencia a dominar, a someter, a imponerse. Dadas dos vidas, la del hombre y la de la lagartija, un razonamiento lógico nos exige aceptar que ambas tienen el mismo derecho a ocupar un lugar en el mundo. El derecho es, además, el instrumento por excelencia que tiene el ser humano para administrar justicia. El hombre justo es el que mejor reparte.

¿Derechos a los animales? Nos obliga la inteligencia, si puede aspirar a alguna inteligencia esta poca cosa que somos los seres humanos, un saco de torpezas. El hombre nació silvestre y la educación que logró conseguir y su propia evolución lo ha posicionado donde está en el planeta. Con mucho esfuerzo ha logrado organizarse en sociedad, y si respeta al débil, cuando menos en teoría, es porque lo reconoce como una acción buena para la convivencia. Por la misma razón debe respetar al animal, por imperativos morales. Porque usar su aparente superioridad para arrasar, lo condena. Si pretende que es superior, debe respetar. Si no, no es superior, aclarando yo que el presupuesto de la superioridad es un asunto que tiene sus bemoles. ¿Superior para qué? ¿Para someter al de al lado? ¡Una vergüenza!

El hombre considera inferior al animal y por lo tanto, de su propiedad. Esto es éticamente insostenible, una idea antropocéntrica de conveniencia. Puedo someter a un niño porque es físicamente inferior a mí, pero no es inferior como entidad viva, como ser vivo. No podría yo defender la justicia de tal sojuzgamiento. El niño no es inferior frente a Dios, dice un religioso. Yo no lo soy, pero soy ético y comprometido con los demás.

Los hombres de pensamiento se preguntan desde la antigüedad sobre los bienes y los males y sobre su destino en el planeta. ¿Qué hago aquí?, es la gran pregunta. La filosofía ha paseado sobre conceptos diversos y más o menos razonables. Que la dignidad de la virtud, que el hombre debe vivir honesta y virtuosamente, que debe perseguir la ausencia de dolor, que eso no basta y que tras la ausencia de dolor debe buscar el placer como el bien supremo, que lo virtuoso y aceptable es lo que merece alabanza, que la búsqueda de la felicidad y cuanto hay. Pero nadie ha dicho desde la mirada de la inteligencia que recomienda causar dolor, destruir, arrasar, atentar contra la naturaleza que es nuestro continente, y contra sus criaturas. Una máxima filosófica simple dice que es preferible un estado de cosas bueno a uno malo.
Sin embargo, las muchedumbres zafias que pueblan el planeta y que ni tienen acceso a la educación ni han sido dotadas de gran inteligencia, pudren todo lo que las rodea porque son víctimas de su propia ignorancia. No pueden comprender nada de derechos de los animales y de los seres vivos. Carecen de estados refinados de conciencia y por lo tanto sirve de poco, cada vez de menos, que los mejores hombres progresen en la comprensión y en la importancia de transitar por la vida con respeto al entorno. A la gente que no puede alimentar ni su estómago ni su espíritu no se le puede hablar de ética. Y esa gente es mucho
más de la mitad de la humanidad.

Yo no pretendo que toda la gente quiera a todos los animales con la pasión que yo tengo. Me bastaría con que los respetaran. A mí las plantas, por poner un ejemplo, no me conmueven como los animales, pero si usted me invita a su casa no voy a arrancarle una hoja a la planta que adorna el rincón, simplemente porque tuve buenos padres y fui a la escuela.

Los derechos de quien tenga derechos, hombres o animales, son una convención. Las buenas sociedades han establecido derechos de los minusválidos que deben ser respetados, porque la evolución nos permite comprender que no puede ser de otra manera. Es educación, insisto. ¡He aquí un hombre educado! Respeta las convenciones, respeta al diferente, al desvalido, al débil. ¡He aquí un hombre agreste! Le importa poco el respeto a la otredad.

¿Por qué crees que los medios de comunicación censuran las noticias donde
se demuestra y expone la tortura que se comete con los animales?
Los medios de comunicación rara vez existen en pureza. Son un poco medios de comunicación y un mucho vendedores de publicidad. Si anuncian comida, ropa y
diversión, y otros cien artículos que se hacen con animales y que se venden, es natural que no quieran afectar a sus patrocinadores. Casi no hay nada que se anuncie que esté libre del sacrificio animal. A lo anterior debemos agregar frigoríficos, cosméticos, muebles, maletas, automóviles, casas, juguetes y herramientas. En el futbol la pelota es de cuero.

La tauromaquia continua siendo un gran negocio, a pesar que cada vez va
perdiendo más adeptos. ¿Que crees que se esconde detrás de las corridas de
toros?
No se esconde nada. Todo está a la vista. Negocio para unos cuantos rufianes y jolgorio para la ignorancia de las mayorías. No todos pueden divertirse escuchando música clásica, para eso se requiere cultivarse. Yo tampoco, aclaro, recomiendo que la gente nazca para estar bajo una campana de cristal escuchando música de concierto; apruebo las diversiones prosaicas en tanto no afecten derechos de terceros y/o afecten a seres vivos.
¿Eres de la opinión que las corridas de toros acabarán por si solas dado
el rechazo cada vez mayor de la ciudadanía?
Las corridas de toros acabarán... sí. No es un consuelo. Acabarán porque no dan para más, pero eso no quiere decir que todos los abyectos que hoy las aplauden se van a convertir en seres virtuosos. La resistencia del mundo civilizado es cada vez mayor y permea en las autoridades de la Comunidad Europea. Cuando se prohíban en Europa, el resto del mundo, que va a la zaga pero que tarde o temprano imita las leyes de los países de vanguardia, va a terminar con las toreadas, lo que no significa que va a terminar con el salvajismo y la sinrazón. Soy pesimista. Los animales no tienen destino, salvo
sufrir. Konrad Lorenz, el gran sabio austríaco, dijo: "El hombre siempre fue bastante estúpido pero ahora noto un cambio, está peor".
¿Que crees que se esconde detrás de aquellos que disfrutan de la agonía y
muerte de un animal?
Son enfermos unos e ignorantes los demás, o las dos cosas. Ningún hombre nació conociendo prudencia, fortaleza, justicia y templanza. Estas y otras virtudes requieren llegar a las conciencias a través de la educación. La gente que ama las corridas de toros y actividades parecidas defiende lo indefendible con argumentos inaceptables. Te dicen que su divertimento le da trabajo a mucha gente o que los toros no nacerían si no fuera por que existe su desgraciada actividad. Parece que defendieran a los animales, parece que los animales debieran agradecerles. Es árduo que gente sabia, o educada, tenga que batallar para responder semejantes sandeces. Una vez le dije a un taurino que con su argumento de que los toros le deben sus vidas a la fiesta, con ese mismo argumento, se podrían criar niños para ser sacrificados en una plaza ante 50 mil forajidos con boleto pagado. El disfrute por la contemplación del sufrimiento animal debe estar prohibido, exactamente como está prohibida la violación en todas las sociedades.

No solo existe la tortura en las plazas de toros, sino en muchas fiestas
populares que en nombre de Dios torturan animales (caso de Tordesillas, Coria,
Medinacelli, etc) ¿Como se podría acabar con estas barbaries?
¿Acabar? Es imposible cuando instituciones como la mayoría de las iglesias
hallan su razón de ser,su fortaleza y su futuro en la ignorancia de los feligreses. Es una desgracia pero sin un mundo más justo, con menos y mejores habitantes, pretender acabar con la barbarie es irracional. Educar a la gente es lo único que se puede hacer. Educar todos los días.

¿Por qué crees, entonces, que la Iglesia Católica calla ante las
barbaridades que se cometen con los animales, y en la mayoría de casos con sus
bendiciones?
No entiendo la pretendida bondad de la iglesia católica que prohíbe y castiga todo. Explican algunos teólogos que Dios ama a los animales tanto como a los seres humanos. Hay individuos en la Iglesia que han hecho avances importantes en esto, pero la Iglesia como institución continúa con su silencio repugnante.  Sería bueno preguntarle al Papa por qué jamás su empresa ha dicho una palabra para condenar la tortura de casi todos los hombres contra casi todos los animales. No tengo duda de que el poder colosal de la Iglesia podría lograr, con una sola declaración, que la suerte de millones de animales
cambiara de un día para otro.

Cual es el motivo, según tu opinión para que no se legislen leyes más
estrictas en la defensa y protección de los animales?
Los motivos son muchos, los que estamos mencionando. La suerte de los animales tiene íntima relación con el lugar donde les tocó vivir. Los animales la pasan mejor en comunidades educadas y tienen el peor de los destinos cuando caen en manos de seres asilvestrados.Lo que tenemos pendiente hacer por los animales no es prioritario para nadie y menos para los políticos, porque los animales no votan. Leí hace un tiempo que un niño de los Estados Unidos produce en tres días la basura que uno de Etiopía produce en un año. Es estremecedor. Este es el mundo actual, y en este mundo los animales están perdidos.

A veces centramos la defensa de los animales en la supresión de las corridas
de toros, pero la lista es mucho más amplia: experimentación, abandono de
perros y gatos, peletería, circos, zoos, caza y pesca, animales para comer,
burros maltratados, tráfico y peleas de animales. ¿Crees que aquí entra el
hecho de que consideramos a los animales como objetos que podemos utilizar para
nuestra conveniencia?
Por mí el mundo podría haberse quedado en la Edad Media si el precio de los llamados avances tiene relación con el sacrificio animal. Muchas personas rechazarían productos cosméticos, champús, perfumes, polvos para maquillarse si fueran testigos del sufrimiento animal que provocaron los que los fabrican. Aquí me gustaría decir que pese a mi desánimo convencido en lo general, hay mucho que se puede hacer cada día concientizando y educando. Mucho. Hay gente bondadosa en el mundo, que es capaz de perfeccionar sus mejores sentimientos e inclinarse por la piedad y por el respeto. Me consta que mucha gente no ha pensado en esto del dolor cuando se pone un abrigo de piel o compra un automovil con asientos de piel, pero que reconsidera sus conductas cuando se le hace ver que está promoviendo lo que condena. Conozco cantidad de personas que han cambiado poco a poco o abruptamente sus comportamientos cuando han podido reflexionar sobre esto. Es siempre una posibilidad fácil, rápida, generosa, de que seamos mejores personas de un día para el otro.

¿No crees que detrás de todo esto se encuentra una falta de valores? ¿La
sociedad nos conduce hacia un individualismo feroz sin importarnos lo que sucede
en nuestro entorno?
Me sorprende que en su evolución mediocre el hombre no haya podido al menos garantizar su vida futura en el planeta; al contrario, vive en agonía y garantiza su extinción. El ser humano con su monumental estupidez
se autoextermina todos los días. Para comprobarlo basta leer el diario. La educación debería ser la premisa fundamental para empezar a componer el mundo. La educación y después el derecho como patrón de las sociedades para funcionar, y el ejercicio del poder acotado por límites rigurosos. Pero lo que no hemos logrado es desactivar de los hombres el gen del egoísmo. A los que gritan que el siglo XX ha podido acabar con la peste del comunismo me gustaría decirles que lo han reemplazado por algo peor: este mundo globalizado donde la asfixia de las mayorías es el sello de identidad. Nos han robado la alegría.
El sálvese quien pueda hace cada día seres más egoístas y perversos. Efectivamente, lo que sucede en nuestro entorno, no interesa. El hombre ha sido siempre, pero ahora más, la especie más  irresponsable de las que habitan el planeta. Considero que cuando sucedió la caída de las torres del Nueva york, el 11 de septiembre de 2001, la humanidad dejó pasar la más grande oportunidad de estos tiempos para que los líderes se sentaran a una mesa a organizar un nuevo orden para el mundo. El motivo lo tenían, pero nadie movió un dedo. ¿Qué tiene que ver esto con los animales? Que los animales van detrás de los hombres más postergados. En un mundo agonizante no hay soluciones para los últimos de la fila. Si los más ricos y los más poderosos son los que trafican con armas, con drogas, con el comercio inmoral, si las fronteras están abiertas para el dinero pero cerradas para los seres humanos, esto de andar preocupándose por derechos de los animales se convierte en pueril, a pesar de que en sociedades evolucionadas debería ser fundamental.
¿Que educación les estamos dando a nuestros hijos si en horario infantil
se permite en la televisión pública dar corridas de toros y mostrar que el
dolor, la tortura y el sufrimiento son algo normal? ¿Estás de acuerdo?
Es el círculo vicioso perfecto. Las sociedades son mal educadas y mal guiadas y estupidizadas por los medios de comunicación, preponderantemente por la televisión, los gobiernos prefieren conciencias adormecidas y fomentan los entretenimientos que deberían prohibir. Decía Freud que en su época el hombre
vivía en frustración sexual, ahora vive en frustración existencial. Frank lo explica que como el individuo no logra dar un sentido a su existencia, lo toma de ella. Se divierte con lo que tiene enfrente, es inhábil para elaborar estados de conciencia sutiles. El saber ocupa lugar, al revés de lo que suelen creer los que repiten sin razonar cositas que escucharon. "Es más fácil tocar el bombo que tocar el piano", dijo una vez Manuel Vicent. Así es. Hay cosas que no se arreglan sin componer el caos social de estos tiempos.

 ¿Crees entonces que los derechos de los animales son los nuevos retos a
conquistar del siglo XXI?
Todo lo que el hombre ha conseguido lo ha conseguido con lucha. Que no decaigan los buenos porque malos siempre va a haber. La bondad debe contrarrestar las fuerzas malignas. La lucha será perpetua, mientras habitemos la faz de la tierra. No se extingue el desafío con la elaboración de una ley que conceda derechos a los débiles.

Para finalizar ¿Quieres añadir alguna experiencia que te haya ocurrido
desde tu compromiso por los derechos de los animales?
Quiero decir que mi mensaje es desesperanzado porque es mi obligación hacer un diagnóstico realista, lo que no significa que no pueda ver con regocijo el esfuerzo cotidiano de millones de personas valiosas que se conduelen y hacen por los animales. "El hombre no muere, sino que se mata", dijo Buffón, en una
metáfora maravillosa sobre la estupidez de nuestra especie. Y Baudelaire respondió al preguntarle alguien dónde preferiría vivir: "¡En cualquier parte, con tal que sea fuera del mundo!". Pero estos son chispazos de
inteligencia de seres brillantes. No nos eximen de la fatalidad de quedarnos aquí, por lo que tenemos la obligación de hacer por el bien de nuestro mundo.

Sólo el pensamiento filosófico puede ayudarnos a tomar la vida con mayor ligereza, a ser más felices y a ser más provechosos para nosotros y para los demás. Ser realistas es bueno, pero aderezar el realismo con sueños e ideales es mejor. La lucha por los derechos de los animales es una de las tantas gigantescas luchas que tiene por delante la humanidad. Los animales no son culpables de nada, son siempre víctimas. Y los hombres bondadosos, útiles, inteligentes, sensibles, idealistas y capaces de trascender, aman a los animales
y los respetan.