tag:blogger.com,1999:blog-34037452460117586052024-03-18T19:50:31.942-07:00Artículos de Eduardo LamazónRecopilación de los artículos publicados por Eduardo LamazónUnknownnoreply@blogger.comBlogger138125tag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-25256295729028818832021-11-07T13:04:00.002-08:002021-11-07T13:04:17.594-08:00Canelo cada vez mejor<div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDeaWAbEbp40Bq1l_4r-5xAJmeOKp-t36rJJgMY415IE-ub4EzN5QBeva1mwQrGhHo2kH0ar4Ir-d2xTQGULz36yhbtcXJPyC9TUucUzTH7b3oquLBMlkZuRv6Z7HZg0CiJ2egOMxPgm1P/s600/canelo-campeon.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDeaWAbEbp40Bq1l_4r-5xAJmeOKp-t36rJJgMY415IE-ub4EzN5QBeva1mwQrGhHo2kH0ar4Ir-d2xTQGULz36yhbtcXJPyC9TUucUzTH7b3oquLBMlkZuRv6Z7HZg0CiJ2egOMxPgm1P/s320/canelo-campeon.jpg" /></a></div>Hace tiempo había un Canelo.<div><br />Ahora Canelo es varios individuos en un mismo envase. Es el boxeador, pero es también el personaje de la vida mundana en que se ha convertido. Un vendedor de imágenes a lo bestia, un revienta-taquillas, el hacedor de controversias operando en el vórtice del torbellino, el motivo de polémicas que no cesan, el destinado a ser mejor o peor que otro en infinitas comparaciones.</div><div><br />Tiene un don, cumple con sus promesas, sin procrastinar.</div><div><br />Éramos miles los escépticos años atrás cuando Canelo comenzó a revelar sus objetivos, ser el mejor de México, ser el mejor del mundo, ser un grande en la historia apoteósica del boxeo. El tiempo, ese intangible fullero que tiene la costumbre de poner las cosas en su lugar, ha pasado, y revela que, uno a uno, con paciencia de eremita, Álvarez sigue pateando obstáculos y caminando.</div><div><br />Hoy nadie afirmaría que este Canelo es el mismo que peleó con Floyd, ni diría que sabe por qué se hizo aquella batalla a destiempo.</div><div><br />Canelo ha mudado de piel muchas veces tras aquel insuceso.</div><div><br />Un día antes de su primera pelea con Gennady Golovkin alguien me preguntó qué podíamos esperar de Canelo, y respondí: “lo que conocemos de él, a esta altura ya nadie exhibe cosas nuevas”. Canelo tenía 27 años y 51 peleas.</div><div> <br />Se dan cuenta que los observadores a veces tenemos que subrayar nuestros errores, para reforzar el mensaje. La capacidad de mejorar, en el caso de Saúl.</div><div><br />Esa primera pelea con GGG fue la que más me gustó de Canelo. Hizo cosas sorprendentes, con una cintura activa y movimientos de traslación de estreno. Un trabajo remanso de belleza en el ring, y una actitud de “mucho macho” que lo hizo recostarse demasiado en las cuerdas, enconcharse y recibir golpes en los antebrazos, un poquito en cada round. Hubo público que se confundió, creyó que a Saúl lo estaban tundiendo.</div><div><br />Cuando me dicen que muchos no lo vieron ganar, respondo que todas las grandes peleas que se van a la decisión, crean división de opiniones.</div><div><br />Según los ‘haters’ de Canelo, él nunca había peleado con nadie, y con Golovkin, más allá de cualquier duda razonable, lo iban a matar.</div><div><br />Después de Golovkin vino una serie de peleas más o menos controversiales para Saúl. La de Yildirin, un cuadrapléjico que llegó de Turquía, habría que borrarla de su récord. Me arrepiento de haberle reclamado que la aceptara, quizá porque tardé en advertir cuánto se la impusieron.</div><div> <br />Hasta que llegó la pelea con Caleb Plant. El boxeo es imprevisible, y es al mismo tiempo exótico. ¿Un hombre de 21 peleas podía crearle problemas a Saúl? ¿Era Plant más que Kovalev, Smith o Saunders?</div><div><br />Me costaría explicarle a alguien que no vio la pelea, que Caleb Plant, un libra por libra menos boxeador que Canelo, le hizo una pelea pareja a Saúl, mientras hubo pelea, con un jab eficiente y piernas en constante traslación para dificultarle el blanco al mexicano.</div><div><br />La pelea fue de buenos intercambios y le dio al público un poco del Canelo aguerrido y rabioso que querían ver.</div><div><br />Canelo es pueril cuando se trata de coleccionar títulos y cinturones. Sonríe y acaricia como un niño las fajas que casi no puede cargar. Está bien, cada cual colecciona lo que quiere. Aun en esta época cuando es una obscenidad la exhibición de tantos títulos y cinturones.</div><div><br />Canelo no se parece a nadie. Ningún peleador ha tenido con su mundo exterior una relación como la que él tiene con la gente.</div><div><br />Es austero, parco, necesario. Crea empresas, se codea con millonarios, promete futuros nuevos, se viste de marcas, mejora su inglés cada día, toca la guitarra en privado, colecciona automóviles que los individuos normales sólo vemos en cine, juega al golf, vuela en avión privado y no toca a Julio César Chávez, eludiendo una polémica en la no sería favorecido.</div><div> <br />Falta decir de él que es la columna que sostiene al boxeo, el que genera ríos de dinero, el que protagoniza todas las conversaciones si son de boxeo.</div><div><br />Es especialista en peleas de diseñador, a las guerras le sabe poco.</div><div><br />Con Eddy Reynoso hacen una buena mancuerna, histórica.</div><div><br />No están ya ni Pacquiao, ni Floyd, ni Márquez. Está Canelo, y el boxeo necesita una gran figura para vivir, una superestrella para no morir.</div><div><br />Para los mexicanos, cada vez más, venciendo resistencias, es el paradigma dueño sempiterno del canto popular que grita en las gradas “sí, se puede”, “sí, se puede”, sí, se puede.” </div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-13355082068570346362021-08-22T06:31:00.002-07:002021-08-25T06:36:05.464-07:00Fecha de caducidad: 21 de agosto 2021<p></p><div><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFToGfPURfWRa-m9UaA5x-L4ibYjq6wFVQ5OeI2T7o8EAe5FG57vpFL13pqnBKi9fulbllIqGmSIcOfXDbjoOPB2AkN5PsgDvX2jc_0ICOyeapveUelZb0EG9JExlU35K3T1n_3u__b_w_/s600/pacquiao-ugas.jpg"><img alt="Pacquiao vs Ugás" border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFToGfPURfWRa-m9UaA5x-L4ibYjq6wFVQ5OeI2T7o8EAe5FG57vpFL13pqnBKi9fulbllIqGmSIcOfXDbjoOPB2AkN5PsgDvX2jc_0ICOyeapveUelZb0EG9JExlU35K3T1n_3u__b_w_/w400-h240/pacquiao-ugas.jpg" title="Pacquiao vs Ugás" width="400" /></a></div> Llega a traición, como la muerte, el día fatal.<br /><br />Más vale nunca que tarde, Manny.<br /><br />Dan ganas de llorar.<br /><br />¿Manny Pacquiao perdiendo con Yordenis Ugás? Pocos se atrevieron a presagiar semejante desatino. Ugás era un desconocido, antes de reemplazar a Errol Spence , uno de esos campeones tibios de estos tiempos, de esos que no conoce la gente.<br /><br />Ali se acabó a los 35, igual que Ray Robinson, Henry Armstrong a los 31, Chávez a los 33, Olivares a los 31, Dempsey a los 28, Durán a los 37,Sugar Ray Leonard a los 33, Carlos Zárate a los 29. A Pacquiao la jubilación le llega a los 42. No está mal.<br /><br />Le pasó lo que a casi todos. A los del ring y a los que estamos debajo. Nadie quiere apearse de la vida, cancelar los brazos en alto, abandonar los sueños, silenciar el amor de las multitudes, oír que te repitan que eres lo que sigue de Dios.<br /><br />Dejar de ser es dejar de servir. Y dejar de servir es empezar a sentirse solo, cada día más solo, cada día menos vida pendiente. Hace 30 años Sugar Ray Leonard volvió al ring a perder con Terry Norris. Su ego no soportó que la figura de Julio César Chávez creciera y ocupara las marquesinas que antes le pertenecían.<br /><br />En el ring del T Mobile estuvo ayer el Pacquiao-hombre, pero no estuvo el Pacquiao-boxeador. Tal vez el tren partió con Manny irresoluto en el andén.<br /><br />A nadie se le puede pedir que entregue lo que no tiene, a los boxeadores sólo se les exige que den en el ring todo su inventario, con el alma, en cada movimiento. Lo perdido está perdido.<br /><br />Dos piernas desvaídas transportaron imprecisas al guerrero de otrora. Un buen primer round, un poco de esperanza. Pero pronto comprendió que la tarea sería formidable, mayor de lo que había calculado.<br /><br />¡Menos mal que vino Ugás, que no vino Spence!<br /><br />¡Carajo! ¿Por qué no nos dimos cuenta?<br /><br />Hace cuatro días hablé con Quinito Henson, ese gran periodista de la televisión filipina, y me preguntó “Eduardo, ¿cómo ves la pelea?” Y le respondí “Ugás es respetable y digno, puede crear problemas, pero no sabe lo que es pelear con un Pacquiao, que no se va a parar como otros rivales.”<br /><br />Para no pararse Pacquiao necesitaba piernas vigorosas, que no tuvo.<br /><br />La producción del cubano (campeón mundial #16 que da la isla) fue calculada y ejecutada siguiendo el manual del buen boxeador. La de Manny fue modesta si recordamos sus grandes noches.<br /><br />En el quinto round de la pelea dije en la transmisión que Ugás era digno y respetable con independencia del resultado que tuviera la pelea. Ugás fue un hombre haciendo lo que tenía que hacer, y a veces los hombres boxeadores tienen que hacer cosas crueles. Le pasó a Marciano retirando a Joe Louis, le pasó a Oscar de la Hoya derrotando a Julio César Chávez.<br /><br />Es posible que no volvamos a ver a Manny Pacquiao en un ring de boxeo. Se desaconseja consumir productos que sobrepasaron la fecha de caducidad.<br /><br />Me parece haber visto un Pacquiao triste, abatido, antes y durante la pelea, cierta laxitud, menos sonrisas. Eso inasible que presagia borrascas.<br /><br />Se está yendo el boxeador más deslumbrante de dos décadas. Él es más que Mayweather. Conquistó el mundo si ser estadounidense. Ganó mucho y perdió poco, respetando a ultranza las leyes del boxeo.<br /><br />Es vital, Pacquio. No comprará pantuflas para ponerse a mirar la tele.<br /><br />Seguramente lo veremos en la lucha política que es también lo suyo.<br /><br />Enfrentado ahora gravemente con el tirano de su país, el impresentable Rodrigo Duterte al que acusó de corrupción y que promete destruirlo.<br /><br />El periódico Inquirer, de Manila, dice ahora “Sigue siendo el campeón del pueblo.” El PhilStar titula: “Pacquiao es de otro tiempo, la edad lo alcanzó.”<br /><br />Si es el final, si es todo, que te vaya bien, Manny Pacquiao. Eres un tipo bueno. Muchas gracias por todo.<br /></div><p></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-59455445320696708182021-07-30T08:00:00.004-07:002021-08-08T14:22:21.114-07:00Carlos Monzón<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7zQ4daz76vaBDbwfwiGpGPbHz2G1Ss6E9Zr4kWYGRwgC2h2V3zF-6mjKfR2RG6F3kuEFgx8xPNfERkQQqxp-eAFsfaRmHh8FSA7qWIMmX72hsT0TXYUQHDxhU_q05t5xXB1v4NZ1LWWp6/s600/carlos-monzon-ultima-pelea.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Carlos Monzón" border="0" data-original-height="338" data-original-width="600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7zQ4daz76vaBDbwfwiGpGPbHz2G1Ss6E9Zr4kWYGRwgC2h2V3zF-6mjKfR2RG6F3kuEFgx8xPNfERkQQqxp-eAFsfaRmHh8FSA7qWIMmX72hsT0TXYUQHDxhU_q05t5xXB1v4NZ1LWWp6/w320-h180/carlos-monzon-ultima-pelea.jpg" title="Carlos Monzón" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Sábado 30 de julio de 1977.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div><br />Habían pasado algunos minutos desde el final de la pelea y el dramatismo continuaba en el Estadio Louis II de Mónaco, en el número 7 de la Avenue des Castelans, en la comuna de Fointvieille.</div><div><br />En ese escenario ya acostumbrado Carlos Monzón acababa de vencer por segunda vez al colombiano Rodrigo Valdés, y si era el adiós, como él estaba seguro que era, lograba retirarse de algún modo invicto. Invicto como campeón.</div><div><br />Tres derrotas muchos años atrás sólo eran una anécdota, y además habían sido vengadas.</div><div><br />Catorce defensas exitosas. Es récord. Ya está, no se lo quita nadie.</div><div><br />Del ring instalado en el centro de la cancha de fútbol, en el estadio monegasco construido en 1939, al camarín de Monzón, mediaban sesenta metros, que fueron recorridos como exhalación por el grupo del campeón nomás terminado todo en el cuadrilátero incluyendo los saltos y los abrazos inmediatos al anuncio del ganador.<br /><br /></div><div>Al cuartucho que era ese camarín entraron los que pudieron, y una que pudo fue la Condesa Branca, del Fernet muy afamado, el de la receta secreta, inveterados patrocinadores del santafesino.</div><div><br />Yo llegué antes que nadie al vestidor gracias a que el promotor italiano Rodolfo Sabbatini me había dado una acreditación para un lugar infame, muy lejos de las luces del ring y muy cerca de las duchas. Era yo un jovencito y mi peso como periodista, aunque fuera de Santa Fe, la tierra del campeón, era irrelevante, y a Sabbatini la gente irrelevante no le interesaba.</div><div><br />Ahí aparecieron, en ese pequeño hoyo caótico y tumultuoso, el inolvidable Ernesto Misray, de la revista Goles, y Cacho Fontana. No sé cómo llegaron ellos. No recuerdo a nadie más del grupo argentino. Los periodistas compatriotas no tuvieron acceso porque una vez que entró Monzón el lugar se cerró con el hermetismo de un búnker de guerra.</div><div><br />Monzón desnudo, sudoroso, sofocado a perpetuidad, boca arriba, echado todo lo largo de su humanidad en una camilla de madera, dura, más indicada para recibir masajes que para el descanso de un guerrero, lloraba sin control y le decía una y otra vez a su hijo “no vuelvo a pelear, Abel, no vuelvo a pelear”.</div><div><br />En un silencio imperfecto, y perplejos, atestiguábamos la Condesa Branca y los demás. El aire era denso y asfixiante, el momento una puesta teatral irrepetible. La podría haber pintado El Greco que pintó hombres desnudos en El Tormento del Laocoonte.</div><div><br />“No vuelvo a pelear, hijo, Abel, no vuelvo a pelear…”</div><div><br />Y el llanto de la emoción crispada, el asombro de haber sobrenadado una vez más el sacrificio del ring.</div><div><br />Era la cima de la curva de la vida para un sobreviviente. El triunfo a su manera, seco y rabioso, sin diplomacia y sin garbo, despiadado. Había nacido en la periferia del mundo, en esos arrabales que paren a los marginados de la sociedad, había sido un condenado al desamor de los hombres, e inopinadamente, por sus méritos y atributos, trascendido en lo suyo hasta convertirse en el mejor.</div><div><br />“No vuelvo a pelear… no vuelvo a pelear…”</div><div><br />A los 35 años, que cumpliría una semana más tarde, ya no es lo mismo… el cuero duele donde antes no dolía.<br />La curva comenzaba a recorrer su descenso ahora. La curva que un día, como a todos, lo convertirá en polvo y lo desaparecerá de la memoria de la humanidad. Los hombres somos olvido, y de olvidar nos encargamos siempre.</div><div><br />…</div><div><br />Pero fatalmente hubo un antes y hubo un después.</div><div><br />Carlos Monzón había nacido hacía 35 años en la alcantarilla. No hay abogados ni médicos ni arquitectos boxeadores. Es una tarea reservada a los desheredados de la sociedad, a los que no encuentran ninguna puerta abierta, a los que no hallan atajos para evadir el dolor del vivir. El que fue a la escuela no es un cliente del ring. El boxeador es el único hombre al que le pegan mientras trabaja.</div><div><br /></div><div>Nadie está más solo. Nadie.</div><div><br />Trepó hasta el cielo, acarició el infinito, porque a diferencia de otros pibes compañeros de su primera infancia en San Javier o en Barranquitas Oeste, a él lo aguardaba un trueque gigantesco del destino, un cuento de hadas, un milagro difícil de creer.</div><div><br />Algunos boxeadores son deportistas y otros son personajes. Marvin Hagler y Archie Moore fueron guerreros solemnes, implacables, pero nunca crearon un alter ego que los representara allende el cuadrilátero. Sólo unos pocos logran ese arrebato triunfal que reúne al gran peleador con una personalidad que permea en el ánimo de la gente: Jack Dempsey, Muhammad Ali, Roberto Durán, Julio César Chávez, Mike Tyson, Manny Pacquiao, Carlos Monzón fueron de esos. Deportistas y tipos seductores, militantes del deporte pero también de la mundana vida.</div><div><br />…</div><div><br />El día de 1970 cuando en Roma el réferi alemán Rudolf Drust le levantó el brazo triunfador contra Nino Benvenuti, estaba marcando un hito en su vida, seguramente el más importante porque se convertía en campeón del mundo, pero nadie imaginaba que su historia de peleador estaría entrelazada perenne con su historia personal, y su historia personal sería conmoción, vesania e incesante agonía.</div><div><br />Monzón fue un hombre sin brújula.</div><div><br />Monzón fue un hombre sin paz.</div><div><br />¿Sería acaso un pacto entre Dios y el diablo compartiendo una criatura? ¿O de qué modo pueden entenderse estas vidas ora sacudidas por el más cruel destino, ora adornadas con placeres, dinero, popularidad, euforia, desenfreno? Quizá porque los humanos acabamos muriendo siempre en el escalón social en que nacimos, nos deslumbran tanto los cuentos de los pocos que habiendo sido lumpen se convierten en estrellas de su propio firmamento.</div><div><br />Monzón fue al boxeo argentino lo que Gardel fue al tango, y lo que Borges fue a la literatura, y lo que Maradona fue al fútbol.</div><div><br />Monzón fue la carne y la entraña de un campeón sin límites y exhibió que sobre un ring de boxeo para un argentino también todo es posible. Fue lo que fue sin proponérselo.</div><div><br />No programó ni lo bueno ni lo malo porque esos protocolos no formaban parte de su esencia agreste y hostil.</div><div><br />…</div><div><br />Hay siempre mucho para decir sobre una vida así de errática e intensa. Dejo aquí sólo unas pinceladas de memorias de veinte años compartidos con el mayor pugilista de Sudamérica.</div><div><br />Me gustaría señalar, eso sí, por si no queda claro en otras líneas, que Carlos Monzón fue el más utilitario de los boxeadores, entendiéndose con esto que no desperdiciaba nada. De haber sido cocinero hubiera aprovechado las cáscaras de huevo. No tiraba un solo golpe que no llegara a destino, estaba en la distancia siempre correcta. La famosa distancia para pelear que es un concepto caro a la ortodoxia del boxeo. Monzón se orientaba con un radar infalible. Véalo usted en cualquier video y hecha esta advertencia quedará sorprendido. ¡Carajo! fallaban golpes Robinson y Willie Pep, pero Monzón no fallaba jamás.</div><div><br /></div><div>Esa fue quizá su característica personal exclusiva, y compartió otras con otros. La disciplina y preparación de Marvin Hagler, el desmadre y la temeridad de Stanley Ketchel, la determinación de Bernard Hopkins, la durabilidad de Harry Greb, el valor de Jake LaMotta, la perspicacia de Charley Burley y la dureza de Mickey Walker, por citar a algunos pesos mediano inmortales, como él.</div><div><br />En agosto de 1979 asistió a una despedida que me hicieron en Santa Fe -porque yo venía a vivir a México- en el célebre ‘Quincho de Chiquito’, el comedor de pescado que era la casa de la gente del boxeo. Lo acompañaba su flamante pareja, Alicia Muñiz, la uruguaya a la que los amigos conocimos esa noche. Después sería su esposa y madre de Maximiliano. El 14 de febrero de 1988 ella murió en Mar del Plata. En una riña de una madrugada de alcohol y locura, cayó desde el balcón de un primer piso. Monzón fue acusado de homicidio y encerrado en la cárcel de Batán, cerca del lugar de los hechos.</div><div><br />Lo visité pronto en Batán, y no le pregunté nada, porque las noticias decían que él no hablaba con nadie de lo sucedido. Nunca sabré por qué, sentados solos los dos en un banco color naranja del ancho pasillo que mentía espacios que no eran, me contó todo con una minuciosidad que habría envidiado el juez de la causa. Se mantuvo en que su intención no había sido matar, que tuvieron una pelea como cualquier pareja y que accidentalmente ella cayó para morir.</div><div><br />Tenía una tristeza infinita y el rostro lóbrego y final.</div><div><br />En 1995, tres días antes de su muerte, comí con él en la cárcel, de la que le faltaban pocos meses para salir. Fue conmigo el periodista Ricardo Porta, quien llamó por teléfono a la radio LT 9 y juntos le hicimos la última entrevista de su vida. No se grabó, se perdió. Cuando Monzón murió se pidió por ese documento a los oyentes, pero nadie lo tuvo.</div><div><br />Tres días después de ese encuentro en la ardiente Santa Fe de aquel enero de 1995, yo regresaba a México. Fui a Ezeiza para viajar y lo hice con Amilcar Brusa, quien a su vez volaba a Colombia, donde residía. Al llegar a mi casa en el Distrito Federal oí desde afuera que sonaba el teléfono. Abrí presuroso y atendí. Era alguien de la agencia Télam para preguntarme qué opinaba sobre la muerte de Carlos Monzón. Así me enteré.</div><div><br />Llamé a Brusa a Colombia, y no tuve respuesta durante más de dos horas interminables, hasta que por fin.</div><div><br />- Brusa, malas noticias, le hablo para decirle que murió Monzón.</div><div>- ¡Se pegó un tiro! me contestó Amilcar, en un desgarrado grito de sorpresa…<br />- No, Brusa, se mató en un accidente…</div><div><br />…</div><div><br />Ser boxeador no es un destino, es una fatalidad. No se busca ni se estudia, simplemente se abraza si la vida aprieta. Se procura torcer el sino a puñetazos cuando de otro modo no se puede. La mayoría de las veces, como en cualquier lotería, se fracasa, o se obtiene un pequeño éxito. Otras ocasiones, pocas, el triunfo es total, desmedido. Por algunos años fue el caso de Carlos Monzón, que se subió a un cohete espacial para recorrer su existencia. No supo qué hacer con el éxito. Con frecuencia sintió que todo lo que le pasaba era un tormento, y los momentos felices no fueron de goce sino sólo una revancha.</div><div><br />Mil veces deseó dar por soñado todo lo vivido.</div><div><br />¿Por qué acabó así una historia que tenía todo para terminar mejor? Será porque empezó tan mal, quizá. O por la fidelidad a ese credo idiota y suicida de vivir pensando 'La Ley soy Yo.´</div><div><br />Monzón siempre estuvo solo, por su actitud inhóspita, por su guisa inconquistable, porque le era más fácil recibir golpes que recibir amor.</div><div><br />"Monzón lo que quiere lo toma, -escribió el periodista Ernesto Cherquis Bialo- no sabe que debemos pedir lo que no nos pertenece."</div><div><br />Estuvo solo cuando nació y cuando creció, cuando luchó y cuando triunfó. En París, en Buenos Aires y en Nueva York. No hay aplausos ni multitudes que llenen el vacío cuando muerde por dentro, cuando desgarra la carne hace siglos.</div><div><br />Tarde o temprano, a alguna hora de algún día se le debe haber cruzado un espejo, y entonces fue imposible mentirse y escapar. Poner una mortaja de olvido a tantos fantasmas acechantes.</div><div><br />El niño aquel que nació en San Javier en 1942 eligió vivir esa vida. O quizá no fue así y la vida lo eligió a él. Viajar al cielo sin abandonar el infierno. Sufrir buscando no sufrir. Perdurar como una cádava sin entender su tragedia personal.</div><div><br />Todo fue vertiginoso y abrupto. Un grito. Un estallido. Un irrespirable torbellino.</div><div><br />Hace cuarenta y siete años el mundo le quedaba chico. Hace veintidós años se fue al silencio de la nada. Siguió el derrotero inexorable del paso de los hombres por este mundo. Y poco a poco comenzó a dejar de ser.</div></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-2413732966572639782021-07-18T06:10:00.001-07:002021-07-20T06:12:51.146-07:00Apunte sobre los malos fallos. Un día después del Castaño vs Charlo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhj-kfEC2y899zYU8fuDSAwt_NtrGeiFuAdXePszkEeDZSYIhd7cjcG98y7cv3etjobDzXeCDr7g7OzRffyFeKsGRO7ebD7fMPM7IBPZwloM5E1DQyJ76ehzbHapWV6CSystSAywHcrIlTa/s600/casta%25C3%25B1o+vs+charlo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Brian Castaño boxeo" border="0" data-original-height="338" data-original-width="600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhj-kfEC2y899zYU8fuDSAwt_NtrGeiFuAdXePszkEeDZSYIhd7cjcG98y7cv3etjobDzXeCDr7g7OzRffyFeKsGRO7ebD7fMPM7IBPZwloM5E1DQyJ76ehzbHapWV6CSystSAywHcrIlTa/w320-h180/casta%25C3%25B1o+vs+charlo.jpg" title="Brian Castaño" width="320" /></a></div>Robaron a Brian Castaño. Argentina y los buenos aficionados al boxeo lloran la infamia.<div><br />Duele. Indigna.</div><div><br />Hace diez años digo que el peor cáncer del boxeo son los malos fallos. Poco se ha hecho y se hace para atacar la enfermedad.</div><div><br />Peor que a Brian Castaño en San Antonio le fue al Archi Solís en Argentina, en las dos peleas vs. Luis Lazarte en Mar del Plata, cuando la promoción fue del Sindicato de Camioneros de un señor Moyano, apoyada por un coro de concertistas de bombo que golpearon a los mexicanos y los obligaron a hacer trinchera abajo del ring en un insuceso imborrable de los peores registros de nuestro deporte.</div><div><br />Descargo de cualquier señalamiento a Luis Lazarte, el correcto peleador marplatense, que aun corriendo riesgos personales abrazó a Solís para protegerlo.</div><div><br />Es cierto que esto pasa poco en Argentina, del mismo modo que pasa poco ver estos fallos en San Antonio.</div><div><br />Los malos fallos son miserables cuando nos perjudican pero también cuando nos benefician.</div><div><br />Muchos recuerdan cuando fui declarado persona no grata en el boxeo del estado de Texas (me sentí honrado, claro) por defender a un chico mexicano que había ganado todos los rounds de su pelea en Dallas y se la dieron perdida.</div><div><br />En México debemos andar mejor, estará pensando usted.</div><div><br />Está en un error. Los fallos que en los años recientes han dado en Chiapas y en Tijuana, en muchos casos son oprobio.</div><div><br />En Tuxtla Gutiérrez en 2016 le dieron una decisión imposible al Pollo López, una sucia canallada de la que fue víctima Toño Morán.</div><div><br />En Tijuana en 2018, la primera pelea de Joel Córdova con Briegel Quirino, que terminó en empate oficial, fue un desfalco que ameritaba llamar a la policía.</div><div><br />No puedo comprender la absoluta indiferencia de las mayorías frente al comportamiento de un bellaco con etiqueta de juez que impunemente arruina vidas de boxeadores, dando decisiones repugnantes por quién sabe qué motivaciones.</div><div><br />Era 1887 cuando a Patsy Cardiff le robaron la victoria que merecía en su pelea vs. John L. Sullivan en Mineápolis.</div><div><br />Han pasado 134 años. No hemos aprendido nada.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-48969568796661529602021-02-17T11:50:00.003-08:002021-02-17T11:50:35.681-08:00Sobre Avni Yildirim, el rival de Canelo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii2dkuTnPrU-1jIfBnfdW4UdzikjXaE3HjmPEpWD3y6u1LsRx7WSwO5Ngn2Ybhc-Jp74vf2II-_gG5gMM8kIsmNKWke3yMmJkT3-PwYlxw7cqjgBpDj6pp6UzyMefpaUtMAJlWW66JhP_I/s600/canelo_vs_yildirim.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img alt="Canelo vs Yildirim" border="0" data-original-height="338" data-original-width="600" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii2dkuTnPrU-1jIfBnfdW4UdzikjXaE3HjmPEpWD3y6u1LsRx7WSwO5Ngn2Ybhc-Jp74vf2II-_gG5gMM8kIsmNKWke3yMmJkT3-PwYlxw7cqjgBpDj6pp6UzyMefpaUtMAJlWW66JhP_I/w400-h225/canelo_vs_yildirim.jpg" title="Canelo vs Yildirim" width="400" /></a></div>Hay quienes, dos, tres, pocos, que me ofenden en redes desde hace muchos días y a cada instante porque no digo de Avni Yildirim, el rival de Canelo, lo que ellos quieren que diga.<div><br />Ni les contesto, ni me molestan, ni les hago caso. Pero detenerme en algunas de sus conclusiones, que no aceptan matices, me permite explicar algunos puntos Interesantes, que algunos no observan.</div><div><br />Yildirim no es favorito para ganar y creo que no ganará, pero es duro, fuerte, fiero y es peligroso para Saúl. Vale por dos Rocky Fielding.</div><div><br />Muchos aficionados reclaman siempre superpeleas. Yo también. Pero el boxeo no es así, y así no es el deporte. Hay días excepcionales y hay otros días, y otras peleas.</div><div><br />Sugar Ray Leonard tuvo cinco peleas grandiosas en su vida, Muhammad Ali seis, Mantequilla Nápoles seis, Joe Louis cuatro y Rocky Marciano ninguna (Walcott tenía 40 años y Moore 42).</div><div><br />No existe, no hay, no funciona, no es boxeo tener sólo superpeleas.</div><div> <br />Veamos en otros ámbitos. Los cuatro mejores tenistas del mundo se enfrentan a cada rato, sobre el final de los torneos, pero con igual o mayor frecuencia compiten con el 80 o el 120 del mundo, y a veces pierden.</div><div><br />En México nadie ha dicho nada en contra de Carlos Zárate, un campeonísimo respetado por todos, un héroe, un intocable, pero defendió el título del mundo contra el africano Messan Kpalongo anunciado con record 42-2 y de quien luego supimos que andaba debutando como profesional. ¡Perdón, Carlitos! no es tu culpa, son cosas que pasan.</div><div><br />El paraguayo Rafael Lovera, virginal, subió al ring a disputar un campeonato con récord 0 0 0. No había peleado jamás, y se enfrentó al abuelo Lumumba Estaba, un inmortal.</div><div><br />En 1938 el gran Henry Armstrong noqueó a Al Manfredo, en Cleveland. Nadie pudo explicar qué hacía ahí Al Manfredo que de sus anteriores 24 peles había ganado sólo cinco.</div><div> <br />Lo mismo sucedió con el ignoto Davey Day, a quien Armstrong noqueó el 31 de marzo de 1939; y con Howard Scott, un incompetente absoluto que tenía 44 derrotas.</div><div><br />Fritzie Zivic fue campeón del mundo con 65 derrotas en su récord.</div><div><br />No nos conformemos con poco, ni defendamos nada malo con cosas peores. Pero entendamos, de eso se trata, cómo funcionan las competencias deportivas.</div><div><br />Porque si no continuaremos viendo sólo fraudes donde hay lo rutinario que es parte del andar de la vida. En el deporte y fuera de él.</div><div><br />Si usted quiere apostar 10 o 20 pesos a Canelo en la pelea que viene, hágalo, pero no apueste su vida porque en un ring de boxeo suceden muchas cosas.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-23434315781891881782020-11-29T11:22:00.004-08:002020-11-29T11:22:47.808-08:00Mike Tyson modelo 2020<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwr2RtBWj60bAG-N7LT0ueGkNt3JAYMV-Z0LKcxrMZa0TsYPXLy86sZSbb-fd8R6d6dvPlQnWYciDFRMdcjNNGu7-IQkMrEw4_49EeS_8hgjLDAff4dLPU7TQjLfjFccYEo1nNSx5aBun1/s720/tyson+vs+jones+jr.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="mike tyson vs roy jones" border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwr2RtBWj60bAG-N7LT0ueGkNt3JAYMV-Z0LKcxrMZa0TsYPXLy86sZSbb-fd8R6d6dvPlQnWYciDFRMdcjNNGu7-IQkMrEw4_49EeS_8hgjLDAff4dLPU7TQjLfjFccYEo1nNSx5aBun1/w320-h180/tyson+vs+jones+jr.jpg" title="Jones y Tyson" width="320" /></a></div><div>Podía pasar cualquier cosa y pasó lo mejor que podía pasar.</div><div><br /></div><div>La versión urbana y presentable de Mike Tyson, la más alejada del energúmeno de otros días, cumplió su compromiso asumiendo la exhibición con seriedad. Hizo para nosotros, los espectadores, lo que más le cuesta en la vida, portarse bien. </div><div><br />No habrá desencantados. Si alguien esperaba más, tendríamos que preguntarle qué diablos esperaba.<br />Roy Jones ayudó a ver a Tyson como un hombre bueno, al ser el antihéroe de la noche. Poco preparado, prematuramente fatigado y exhibiendo pliegues de grasa abdominal que insinúan al exboxeador que pronto será, con una figura decadente y cansada.</div><div><br />Lo rescatable del show en el Staples Center fue la posibilidad de ver a Tyson en acción, especialmente para los jóvenes que de él oyeron mucho y vieron poco.</div><div><br />A mi me hubiera gustado decir que vi en vivo a Rocky Marciano o a Marcel Cerdán, pero no alcancé.<br />Hace 30 años vino a bailar a México ese coloso de la danza llamado Rudolph Nureyev.</div><div>Cuando expresé mis planes de ir a verlo algunas personas intentaron desalentarme.</div><div><br />“-Ya está viejo… ya se fueron sus mejores días.”</div><div><br />Mantuve mi interés y fui a ver al ruso, yo que de danza no sé nada, y no me arrepiento, lo estoy contando tres décadas después. Siempre es un privilegio estar o ver a alguien que es el mejor en lo que hace.</div><div><br />Mike Tyson ganó multimillones en su vida de boxeador, y gastó lo que ganó y algo más. Cuando salió de la cárcel y estaba libre para contratarse, se lo disputaban media docena de promotores. Las labores de seducción fueron interminables, porque Mike no tomaba una decisión. Un día de esos, de angustia prolongada, de zozobra infinita, de ver quién era capaz de ofrecer más y mejor para convencerlo, Don King preguntó a un asistente: “¿cuánto pesa un millón de dólares?”</div><div><br />- 25 libras (11 kilos), se averiguó y le dijeron.</div><div><br />“ –Está bien, puedo con el peso. Pongan en tres sacos un millón en cada uno… y vamos..."</div><div><br />King visitó a Tyson y desparramó en el piso los tres millones… treinta mil billetes de 100… “es un regalo que te traigo, el dinero es tuyo, firmes o no firmes conmigo.”</div><div><br />Así King, al modo de Don King, se quedó con Mike Tyson que tenía un pasado ahíto de historias y dos puños que hacían aparecer dinero como el mejor mago de la chistera. </div><div><br />Ese Mike Tyson, por esos días riquísimo, dueño de cada día una historia, de historias buenas e historias malas, peleó mucho y un día se retiró del boxeo, pero no se fue del mundo ni se fue de la vida.</div><div><br />Estaba acostumbrado, eso sí, a todos los excesos. Era lo único que conocía, porque las tristezas de los años viejos, ya estaban olvidadas.</div><div><br />Tyson continuó tomando decisiones. Se hizo actor, se dedicó a visitar teatros aledaños o lejanos contando su vida tenebrosa, y estableció en California una industrializadora de marihuana.</div><div><br />Y en eso de vivir, andar, sufrir, un día pensó en volver al boxeo, o en un acercamiento de senectud a la actividad que lo hizo rico y famoso.</div><div><br />El día fue ayer. </div><div><br />Muchos años antes Mike había escogido su vida de boxeador, el oficio de la violencia, porque pensó, tal vez, que no había un modo más persuasivo de abrirse paso en la vida que no apiadarse de nadie.</div><div><br />Pocos dudan de que Mike Tyson continúa buscándose en un mundo demasiado grande para él, tan elemental, y no se encuentra. Ya se sabe, otros conversan con psicólogos, pero eso no es para los hombres duros de esta dureza, inexorable y fatal.</div><div><br />En estos días desbordados por el nombre de Maradona, pienso en lo que los pueblos hacen con los ídolos del deporte, con sus gestos exuberantes y grotescos, con sus dichos sin brújula. </div><div><br />Acaso porque los hacen genios y saben que la genialidad se casa siempre con la locura.<br />Nadie da más felicidad colectiva a las masas olvidadas.</div><div><br />La exhibición de Tyson fue un movimiento de ajedrez, de alguien que instintivamente desea seguir viviendo. <br />Será de interés saber qué dice a continuación, si esto fue todo o le quedan ganas de seguir.</div><div><br />Dice el gran Lelouch, en su película Mariage, “los mejores años de la vida son los que aún no vivimos.”</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-45239166478537243712020-02-25T12:30:00.000-08:002020-03-01T12:41:43.937-08:00El peso completo hoy<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhugvg9eegxEwrtclJk8rmiTGdqEoyMFA6HVUwqtpPN-Ys6SkuFm7BRlLT6-YzzHT70aVe12cKUUSloHIU4xs8tgUyFtsCNsOLbXYBvKsibFSVYmBnzeSCPnSDefXeTCoatDjk50qjdAFo_/s1600/wilder+vs+fury+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="230" data-original-width="410" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhugvg9eegxEwrtclJk8rmiTGdqEoyMFA6HVUwqtpPN-Ys6SkuFm7BRlLT6-YzzHT70aVe12cKUUSloHIU4xs8tgUyFtsCNsOLbXYBvKsibFSVYmBnzeSCPnSDefXeTCoatDjk50qjdAFo_/s400/wilder+vs+fury+2.jpg" width="400" /></a></div>
De vez en vez el presidente en turno de los Estados Unidos roza el boxeo con una declaración, una acción, o un hecho que lo acerca.<br />
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Lo peculiar en el caso de Donald Trump es que él fue promotor de grandes peleas. Varias veces lo saludé al borde del ring del Trump Plaza Hotel, en Atlantic City, a metros del imponente Boardwalk; y en 1988 cuando Mike Tyson ejecutó a Michael Spinks y lo retiró del boxeo, con el Dr. Elías Ghanem, con quien estábamos representando al CMB, conversamos algunos minutos con él.<br />
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Viene a cuento porque ayer Trump comentó que disfrutó la pelea de Fury con Wilder y los invitó a los dos a la Casa Blanca.<br />
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En mayo de 2018 este presidente concedió un perdón histórico a Jack Johnson, que fue una especie de Muhammad Ali cincuenta años antes de Ali, y que por eso de romper las reglas y provocar al sistema a cada paso fue encarcelado, perseguido y estigmatizado en su tiempo.<br />
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Donald Trump no fue el único presidente que se pronunció sobre el boxeo.<br />
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El 4 de julio de 1910, día de Independencia, Jack Johnson y James J Jeffries pelearon en Reno ante 16,528 espectadores en uno de los asuntos boxísticos más grandes de la época y de todas las épocas. El promotor Tex Rickard invitó por telegrama público al presidente en funciones, William Howard Taft, para que actuara como réferi del combate. Taft declinó la invitación pero en agradecimiento envió a uno de sus hijos a hacerse presente en su representación.<br />
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Años más tarde, es bueno recordarlo por lo que vale la anécdota, el presidente Dwight Eisenhower invitó a Rocky Marciano a una cena de gala en la Casa Blanca. En algún momento de la velada, inesperadamente, el gobernante pidió al campeón dirigir unas palabras a la concurrencia. Abrumado por la sorpresa, Rocky, que era un magnífico muchacho, más querible que un santo, dijo: “Como para mi hablar en público es muy difícil, me disculpo, pero puedo ofrecerles hacer un round con cualquiera de los presentes.”<br />
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Joe Frazier nos dijo una noche, en una cena, a varios amigos en Nueva York: “Un día llamé a la Casa Blanca porque quería saludar al presidente Nixon, me dijeron ‘véngase ahora’. Yo sabía que abrir esa puerta, la más grande de mi país, no era cosa mía, de Joe, era lo que consigue un campeón mundial de peso completo.”<br />
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Miles de historias se han tejido alrededor del boxeo y del peso máximo. El sábado Tyson Fury y Deontay Wilder pusieron una bisagra a la historia de este deporte. No se esperaba tanto. Las peleas nunca entregan justo lo prometido. A veces dan más, a veces dan menos.<br />
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El bárbaro alboroto causado por lo del sábado en el escenario inmarcesible del MGM, tiene que ver mucho con lo que semejante batalla aporta al negocio y a la competencia del boxeo.<br />
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Dos décadas una duermevela insoportable había mantenido a los pesos pesados fuera de los reflectores. Desde los adioses de Larry Holmes, de Mike Tyson y de Lennox Lewis –agreguen a Holyfield si quieren- la división fue cubierta por un imaginario y lúgubre rebozo gris. En ese hueco se divisó a los hermanos Klitschko, que jugaron con eficacia pero sin calidad. Segunda división.<br />
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Tyson Fury es un coloso y un orate. Al menos es lo que deja ver la caótica historia que presume, o actúa.Tal repercusión ha tenido su triunfo que el boxeo lo necesita. Por habilidades y por carisma. Porque no se parece a nadie.<br />
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Es pueril contar cuántos títulos ha ganado. Seis o uno, da igual. Que Fury gane este título o aquel es un asunto exclusivamente comercial, no una meta para la gloria deportiva. Campeón de la AMB o de la IBF, o franquicia, o lineal, ¿a quién le importa, si hoy los títulos son basura? Es el campeón, eso es todo.<br />
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Lo que debemos preguntarnos es si Fury tiene algo de valor para meterse a la historia de los Heavy. Lo visto sugiere que le hubiera dado batalla a cualquiera, aunque ganarles es otra cosa. No les hubiera ganado ni a Holmes, ni a Lennox, pero los hubiera puesto a sufrir.<br />
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¿A Tyson? ¿A Holyfield? ¿A Riddick Bowe? No lo sabemos, y a Fury hay que dejarlo andar, para que sepamos de qué es capaz.<br />
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La pelea del sábado estuvo más cerca del callejón que del conservatorio, pero entiendo que la estrategia fue colosal. Arruinó algo una estética más pretenciosa que podría haber tenido la pelea, pero le permitió caminar a la victoria con la seguridad de un equilibrista sobre el alambre.<br />
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Lo mismo hizo Durán para ganarle a Leonard, la única vez que pelearon.<br />
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Lo de arrojar la toalla para terminar la pelea es especial. No está permitido (o está “recomendado” no hacerlo, aunque no está escrito en las reglas), pero se hace, y cuando la toalla llega cualquier réferi detiene el combate. Con una excepción, peleaban Miguel Cotto y Yuri Foreman en 2010 en el Yankee Stadium. Cuando llegó la toalla para proteger a Foreman, saltaron al ring camarógrafos, asistentes, etc y en dos segundos había 30 personas arriba. La pelea había terminado. El réferi Arthur Mercante Jr no estuvo de acuerdo (“a mí nadie me para una pelea tirando una toalla”), le tomó casi diez minutos desalojar el ring, pero hizo seguir las acciones. Fue para la posteridad.<br />
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Fury-Wilder se erige como una redención del boxeo, no una resurrección. Para eso falta. Faltan peleadores y faltan peleas que regresen el estado de cosas a la propuesta primigenia: que el campeón mundial de peso completo sea el hombre más poderoso de la tierra.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-42899214138536768862020-02-04T14:29:00.000-08:002020-02-04T14:29:02.266-08:00Óscar De La Hoya es mexicano<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2_sHu2_eZfldfaXp5tGGCkxK5zTyRAdgOhp7vrx4vX2w_uxwzE5jgK2aDoy_Lk7yoxE5LqoUgSV71hZRgvU-cOCFEsMaRMdAQXXIK0R8vRkWa2jkJXuo17bBxjXRkOifnjUVQHpn6IlYl/s1600/de-la-hoya-mexico.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="oscar de la Hoya mexico" border="0" data-original-height="341" data-original-width="512" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2_sHu2_eZfldfaXp5tGGCkxK5zTyRAdgOhp7vrx4vX2w_uxwzE5jgK2aDoy_Lk7yoxE5LqoUgSV71hZRgvU-cOCFEsMaRMdAQXXIK0R8vRkWa2jkJXuo17bBxjXRkOifnjUVQHpn6IlYl/s400/de-la-hoya-mexico.jpg" title="Óscar de la Hoya" width="400" /></a></div>
La nacionalidad es para los seres humanos una condición de identidad que reúne, agrupa, fortalece y dignifica a ciudadanos que tienen asuntos en común, generalmente el haber nacido en un territorio determinado. Se adquiere de varias formas, dos de ellas son el nacimiento y la naturalización.<br /><br />Oscar de la Hoya se naturalizó mexicano el 11 de diciembre de 2002 en una ceremonia en el Consulado Mexicano de Los Angeles, en la que estuvo acompañado de su esposa Millie Corretjier y recibió la matrícula consular número 200,000 que lo acredita como nuestro connacional. La ley pone algunas restricciones a los no nacidos en territorio nacional, pero no dice que unos mexicanos son de primera y otros son de segunda.<br /><br />La inclusión de Oscar de la Hoya en la lista de los mejores boxeadores mexicanos de todos los tiempos desató preguntas, aprobación, dudas, quejas y en algunos casos, pocos, indignación.<br /><br />Cuando pregunté a algunas personas por qué se resisten a aceptar a De la Hoya como mexicano genuino me contestaron que porque no vivió nunca en México.<br /><br />Recuerdo a Oscar subiendo siempre al ring, desde que era amateur, con la bandera mexicana, y no me parece que lo hubiera hecho con intenciones aviesas entonces, cuando su gran futuro era aún incierto y lejano. Recuerdo también que el comité olímpico de los Estados Unidos lo amenazó por no desentenderse de la enseña tricolor, y Oscar no hizo caso.<br /><br />César Vallejo es la figura cumbre de la literatura peruana, y prácticamente no vivió en Perú. Nadie le niega su peruanidad.<br /><br />"Hay golpes en la vida tan fuertes...<br /><br />Yo no sé...<br /><br />Yo nací un día<br /><br />que Dios estuvo enfermo...", decía el peruano maravilloso, ¿se acuerdan?<br /><br />En contraste, a Gabriel García Márquez son muchos los colombianos que le reprocharon severamente que haya dejado su tierra por décadas. Pero nadie se atrevió a decir que no era colombiano.<br /><br />Somos peculiares los hombres para manejar nuestros afectos, nuestros amores, la aceptación de los demás.<br /><br />México es un país en el que no he notado, nunca, ni una triza de xenofobia, por lo que la actitud de los que aceptan a Oscar de la Hoya como nacional, me parece correcta y buena.<br /><br />Imagínense si a Mantequilla Nápoles o a Ultiminio Ramos no los hubiéramos aceptado como mexicanos. En la historia del boxeo cubano no están. Si en la de aquí tampoco... habría que concluir que no existieron.<br /><br />"Quien considera que los buenos extranjeros no son extranjeros en su patria, engrandece su nación hasta igualarla al mundo", escribió el uruguayo Constancio Vigil.<br /><br />Tomémoslo en cuenta.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-15831920011498440812020-02-02T12:22:00.000-08:002020-02-02T12:22:25.844-08:00Los errores en la pelea Tadurán vs Cejitas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAp4TNFKJeQ3W5P9Ila9_F1yYCB3_V18V6sNX5AqSq4hKx75RN6b24SaQBZ03bC9kf_d0DGHUx3G0KkkswypZqPgNyVRRdDqRSqjFwEtPBsoYHOvxsPYRUpF5q2umV5ub82lE8lOaajhV7/s1600/Tadur%25C3%25A1n+vs+Cejitas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="439" data-original-width="600" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAp4TNFKJeQ3W5P9Ila9_F1yYCB3_V18V6sNX5AqSq4hKx75RN6b24SaQBZ03bC9kf_d0DGHUx3G0KkkswypZqPgNyVRRdDqRSqjFwEtPBsoYHOvxsPYRUpF5q2umV5ub82lE8lOaajhV7/s400/Tadur%25C3%25A1n+vs+Cejitas.jpg" width="400" /></a></div>
Para empezar, tenían que anotar el round 5 (regla 12-5-B del reglamento de la IBF) y no lo hicieron.<br /><br />Si el reglamento estuviera bien redactado (que no lo está) tendría que decir que una pelea consta de 12 rounds SEPARADOS por un minuto de descanso. La palabra ‘separados’ tiene la finalidad de dejar claro que la pelea no puede terminar en el descanso, termina en el 4 o termina en el 5.<br /><br />El 4 había terminado, y lo que vimos parece indicar, para mí claramente, que la decisión se tomó en el momento de iniciar el 5.<br /><br />¿Cómo se califica un round que no tuvo acción? Se califica 10-10.<br /><br />Me preguntan que por qué no lo dije en la transmisión de TV. Muy fácil: porque no sabíamos qué final tendría la pelea, ¿KOT o tarjetas por haberse agravado el corte?<br /><br />DESDE QUE TERMINÓ LA PELEA hasta que supimos que habría tarjetas pasaron 4:57 interminables minutos durante los cuales nadie supo hacia dónde iba la decisión. PERO DESDE QUE SE PRODUJO EL CORTE a esos 4:57 minutos hay que agregarles unos 15 minutos más de absurda oscuridad, de misterio.<br /><br />Hace 10, 15, 20 años digo que al boxeo le falta esa regla: la que cuando se produce un corte mande al réferi señalar de inmediato si fue cabezazo (que es una infracción) o encontronazo de cabezas (que es un accidente).<br /><br />Para colmo de males debo decir que el corte, en mi opinión se produjo por un cabezazo, es decir por un foul. Tadurán no llevaba la cabeza más adelante porque se hubiera decapitado.<br />Fue alevoso. ¿Cómo defendería el filipino que su acción fue un accidente inevitable?<br /><br />Las cabezas se rozaron, se pegaron, se estorbaron y todo el tiempo protagonizaron una guerra aparte.<br /><br />¿Por qué sabemos que el réferi interpretó choque accidental? Porque si para él hubiese sido infracción y no accidente, debía descontar 2 puntos al infractor (regla 12-A-2 del reglamento) en el momento del corte antes de permitir la continuación de la pelea.<br /><br />Digresión de mi parte es decir que la mañana del domingo leí algún comentario que hizo en redes José Antonio Hernández, el rincón de Cejitas Valladares, afirmando que el réferi debía descontar un punto a Tadurán cuando se produjo el corte. Permítame el querido Charro que lo corrija: eso es en el reglamento del CMB (1 punto), no en el de la IBF (es 2 puntos).<br /><br />Otro día vamos a ver qué pasa cuando tras un estallido de cabezas el que sale lastimado es el cabeceador.<br /><br />¿Qué procedía hacer diferente entonces? Ir a las tarjetas fue correcto bajo la premisa de un golpe accidental (lo decide el réferi y es sólo su criterio). Lo que está mal desde el principio de los tiempos es que cuando un boxeador se corta y aparece la primera gota de sangre el mundo se ponga de cabeza para todos, porque el estado de cosas se convierte en un secreto inexpugnable en lugar de que una seña simple del tercero en el ring nos diga ‘fue cabezazo’ o ‘fue choque accidental’.<br /><br />Las peleas dividen opiniones. Para mi Tadurán ganó los cuatro rounds. No sólo los ganó sino que fue mucho más que el mexicano. Mi opinión en la transmisión fue también la de Julio César Chávez, Marco Antonio Barrera, Rodolfo Vargas y César Castro.<br /><br />Duele que pierda el mexicano cuando el enemigo es de otra nacionalidad, pero no reconocer al visitante, traicionar lo que nos dicta nuestra conciencia, es de hombres francamente pequeños.<br /><br />Votar por el local, por el favorito, por el famoso, por nuestro compatriota, si no lo merece, es abominable.<br /><br />El fallo oficial en Monterrey, el empate con una tarjeta a favor de Valladares, me parece obsceno.<br /><br />Las tres grandes tragedias de la humanidad han sido la peste, la hambruna y la guerra. Hay que agregar los fallos de los jueces del boxeo profesional.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-9357996399856870282019-12-08T13:25:00.000-08:002019-12-08T13:26:29.167-08:00Las culpas de Andy Ruiz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJyZc9dboV-htO-3ODPPbc3B2jvHJ6C-wOuMYV1O81Wl3O-j02yBY2qYJ_xKIqgvjAo2f0k_EbE7dA0sEU3mdKDHUdiF2p3AYo0a09UNeRhoJwvjI_HP5LiOi4kpjIK0g1MDSJw0hRgMBG/s1600/Joshua+vs+Ruiz+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ruiz vs Joshua" border="0" data-original-height="337" data-original-width="600" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJyZc9dboV-htO-3ODPPbc3B2jvHJ6C-wOuMYV1O81Wl3O-j02yBY2qYJ_xKIqgvjAo2f0k_EbE7dA0sEU3mdKDHUdiF2p3AYo0a09UNeRhoJwvjI_HP5LiOi4kpjIK0g1MDSJw0hRgMBG/s400/Joshua+vs+Ruiz+2.jpg" title="Ruiz vs Joshua" width="400" /></a></div>
Los diez kilos de sobrepeso de Andy Ruiz son la explicación de todo lo sucedido. La amarga revelación de que Andy no entiende qué cosa es la relación de un hombre cabal con la vida.<br />
<br />
Si le pregunto a cualquiera, a un niño, cuál es la fórmula para el éxito me va a responder ‘talento y sacrificio.’ El talento de Ruiz no es exagerado, tiene velocidad y valentía, que son virtudes aisladas, de modo que le quitas la capacidad de sacrificio y se convierte en poca cosa.<br />
<br />
Poca cosa, lo que él fue en la derrota vergonzosa contra Anthony Joshua, ignorante de que millones estaban presenciando su fracaso, valemadrista de su condición de campeón del mundo del peso completo.<br />
<br />
Un acto de irresponsabilidad insoportable.<br />
<br />
Por eso dije en la transmisión que estaba enojado con lo que veía.<br />
<br />
Mintió, mintió y volvió a mentir con el peso anunciado, la promesa estéril de que llegaría a la báscula en 117 kilos. Llegó en 128.<br />
<br />
Se vale mentir por estrategia, para confundir al enemigo, para consolidar una preparación bien elaborada, pero qué va, con seguridad este no fue el caso.<br />
<br />
Cuando transmitimos el pesaje en vivo, al conocer el registro de Andy nos quedamos petrificados, parecía evidente que se trataba de un error.<br />
<br />
Pero no había error. Era un escándalo...<br />
<br />
Quedaba una esperanza blandengue: ‘…si pega antes de que le peguen…’, pero estas gangas rara vez llegan en auxilio de un tipo desobligado con el esfuerzo.<br />
<br />
Que Anthony Joshua desarrolló una estrategia correcta, no se discute. Pero el Andy ágil, peligroso, veloz, perspicaz y destructor de la primera pelea entrambos hubiera podido luchar por la victoria.<br />
<br />
Este Andy de anoche no tuvo inventario ni para defender la dignidad del guerrero que debía ser y no fue.<br />
<br />
El éxito lo embriagó. El desaguisado de vivir a contramano lo hemos visto en muchos. Nunca tuvieron nada y de pronto un título deportivo les impide ver la hora si no es en un reloj de 20,000 dólares.<br />
<br />
Las personas sensatas que sufrieron carencias y de pronto la vida les da una fortuna, compran tranquilidad. Los imbéciles compran problemas.<br />
<br />
Andy Ruiz reveló impunemente poco después de la pelea que la preparación fue una mentira, que estuvo tres meses de fiesta.Bárbaro. Se está suicidando.<br />
<br />
Podría ir preso. ¿No es una estafa?<br />
<br />
¿Y la responsabilidad?<br />
<br />
¿Y el compromiso?<br />
<br />
¿Y el ejemplo?<br />
<br />
¿Y la bandera de la patria?<br />
<br />
¿Y los millones que estaban viendo la prometida gran pelea?<br />
<br />
Sólo horas antes le deseábamos ‘que le vaya bien’. Defendíamos que Andy campeón le hacía bien al boxeo, al deporte, a México. Que reivindicaba a los feos (su físico para la alta competencia) y a los gordos.<br />
Por Dios. Llegó al ring cargando dos maletas, o lo que es lo mismo su escandalosa panza de luchador de sumo.<br />
<br />
Por eso estoy enojado con Andy. Por lo que pudo haber sido y no fue. Porque si quería suicidarse podía hacerlo, pero no quemando la casa donde se llevaba a otras víctimas del fuego incomprensible.<br />
<br />
Andy se llevó entre las piernas a los muchos que en él habían edificado una ilusión.<br />
<br />
Una brutal demostración de egoísmo.<br />
<br />
Vino, vio y perdió. En el ring, dos minutos después del indecoroso final, se reía.<br />
<br />
Perder luchando no condena. Perder por haberse burlado de todos, sí.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-30928690041606415152019-12-06T08:52:00.000-08:002019-12-06T08:52:50.517-08:00"La gloria es para los grandes hombres, yo soy común"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK7VKgjQ47qNc_RMu6eiZcbrW3BPUIhwqCGD6s2wauTruHA6NP25T9m7feWR2mjJQS2y27wjioc8eQ8c_J3EuaYaf9jsRV7vhI15ZA3g7uO8jCGDsHa9MTCphBwOhsWj0IWqNoPMYoVpzP/s1600/Eduardo+lamazon+boxeo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Eduardo Lamazón" border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK7VKgjQ47qNc_RMu6eiZcbrW3BPUIhwqCGD6s2wauTruHA6NP25T9m7feWR2mjJQS2y27wjioc8eQ8c_J3EuaYaf9jsRV7vhI15ZA3g7uO8jCGDsHa9MTCphBwOhsWj0IWqNoPMYoVpzP/s400/Eduardo+lamazon+boxeo.jpg" title="Eduardo Lamazón" width="400" /></a></div>
<div>
Hace medio siglo, Eduardo Lamazón (Buenos Aires, Argentina) compró su primer libro de boxeo. Tiene 64 años y es un lector apasionado desde los diez. Su amor por el “deporte de los puños” sólo se puede emparentar con una buena botella de vino tinto.</div>
<br />“Don Lama” es comentarista de boxeo radicado en México desde hace cuatro décadas. Fue secretario ejecutivo del Consejo Mundial de Boxeo durante 24 años. Ha escrito más de 7 mil artículos sobre pugilismo y su libro El boxeo en números. 150 años de historia, es un referente indispensable para los aficionados y expertos deseosos de entender “la más descarnada representación del drama de la vida” y adentrarse en estadísticas apasionantes y desconocidas. “El boxeo es agarrar a la vida a trompadas para que la vida no nos dé impune sus peores golpes. Pelear o perecer. Una metáfora de la existencia”.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué detalle de la vida cotidiana es lo que más te irrita?</b></li>
</ul>
Que me interrumpan cuando escribo. Que me repitan lo que me dijeron. Entiendo a la primera. Odio el lenguaje inclusivo. Eso de decir “todes” en lugar de “todos” me parece un acto de barbarie.<br /><br /><ul>
<li><b>Por el contrario, ¿qué detalle de la vida cotidiana es el que te hace más feliz?</b></li>
</ul>
Hacer una buena acción. Intento hacer una buena acción cada día.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu mejor momento del día?</b></li>
</ul>
El compartido, generalmente con amigos. Si no se puede entonces el momento de leer.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu mayor miedo?</b></li>
</ul>
Ver sufrir a seres queridos.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál consideras que es tu gran defecto?</b></li>
</ul>
Uf. Soy ansioso, egoísta, la gente me jode muchas veces porque me cuesta ser tolerante.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué es lo que más valoran de ti tus amigos?</b></li>
</ul>
Que les invito buenos vinos. El vino es una de mis pasiones. Compro y vendo vinos. Y, naturalmente, comparto.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué cosa te desagrada más de la gente que te rodea?</b></li>
</ul>
La falta de cortesía. La falta de respeto.<div>
<br /><ul>
<li><b>¿A qué persona viva y muerta admiras?</b></li>
</ul>
Muerto, Nelson Mandela. Vivas Jane Goodall y Brigette Bardot por su labor por los animales. Los animales son otra de mis pasiones.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu mayor extravagancia?</b></li>
</ul>
Ninguna. Soy sobrio y aburrido. No bailo, no me gusta el futbol y tengo poco sentido del humor.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál ha sido tu mayor mentira?</b></li>
</ul>
No sé qué responder. Miento poco. Decirle bonita a una fea.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Te asomas al espejo y qué ves?</b></li>
</ul>
Siempre me digo, por disciplina, “no te subas a ningún ladrillo, agradece que la vida te ha tratado muelle”. Lo de agradecer es una actitud ética. No tengo fe religiosa.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre?</b></li>
</ul>
Que tenga códigos y los respete.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Y en una mujer?</b></li>
</ul>
La bondad y que se destaque en algo.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu color favorito?</b></li>
</ul>
No pinto, me da igual.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué foto tuya no colgarías en casa?</b></li>
</ul>
No sé.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué palabras o frases usas con demasiada frecuencia?</b></li>
</ul>
Una frase que me gusta y que repito: “El que recibe lo que no merece muy pocas veces agradece lo que recibe”.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál ha sido el momento más glorioso de tu vida?</b></li>
</ul>
La gloria es para los grandes hombres, yo soy común. La gloria y el fracaso, esos dos impostores, decía bien Kipling.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué talento te gustaría tener?</b></li>
</ul>
Cantar, y cantaría tangos y las canciones de José Alfredo Jiménez.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué cambiarías de ti?</b></li>
</ul>
Nada porque la vida me ha tratado bien.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál ha sido tu mayor fracaso?</b></li>
</ul>
La práctica deportiva. Fui malísimo en todas las disciplinas, excepto que fui un buen corredor de motos.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Si pudieras reencarnar en una persona o cosa, ¿qué serías?</b></li>
</ul>
Un gran escritor.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué lugar te gustaría conocer?</b></li>
</ul>
Islandia.</div>
<div>
<br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu posesión más preciada?</b></li>
</ul>
Mi madre, mi hermano, mis amigos, mis perros y algunas botellas de vino.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Qué es para ti lo más profundo de la miseria?</b></li>
</ul>
La maldad.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu ocupación preferida?</b></li>
</ul>
Elegir, comprar y vender vinos. Y lo hago.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu comida favorita?</b></li>
</ul>
Las pastas.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es la comida que más odias?</b></li>
</ul>
La carne.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Quiénes son los escritores que admiras?</b></li>
</ul>
Borges, Neruda, Fernando del Paso, Juan Rulfo, Paz, Sarmiento, Cervantes.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu banda, cantante o grupo musical preferido?</b></li>
</ul>
Carlos Gardel, Édith Piaf.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Con qué figura histórica te identificas más?</b></li>
</ul>
Nelson Mandela, a quien conocí. Trabajé 7 años en el Comité Antiapartheid de Naciones Unidas.<br /><br /><ul>
<li><b>¿A qué personaje famoso te gustaría conocer y qué le dirías?</b></li>
</ul>
Al gran boxeador Jack Dempsey. Le preguntaría: “¿cómo hiciste para conquistar el mundo hace 100 años sin televisión?”<br /><br /><ul>
<li><b>¿De qué es lo que más te arrepientes?</b></li>
</ul>
De haber ofendido a algunas personas. Fue involuntario.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Te gusta algún deporte? ¿A qué equipo le vas?</b></li>
</ul>
Boxeo y tenis.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál es tu mayor adicción?</b></li>
</ul>
Mis pasiones: el boxeo, el vino, los animales, la literatura amada.<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cómo te gustaría morir?</b></li>
</ul>
Pues, dormido. ¿Qué más se podría responder?<br /><br /><ul>
<li><b>¿Cuál considerarías que es tu lema?</b></li>
</ul>
A todos perdono y a todos pido perdón.</div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Entrevista por <a href="https://www.lazonasucia.com/eduardo-lamazon-la-gloria-es-para-los-grandes-hombres/?fbclid=IwAR1tlslmF2Kggx-huDHec5YOODVuSyEIVmS8jcvET3pU3-JqDQbd1PT0MA0">La zona sucia</a></i></div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-24758354716893537632019-11-06T06:35:00.000-08:002019-11-06T06:37:05.352-08:00El Canelo, ¿verdad o mentira?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6kK6A4le-VfrQy8ksHcCZvYnd2t4rpV5RERptWiw3Fg5zvKow9xuecCEeXrzsm5pWozrGxvYIEJxdyclXbWHWYAJxiXKF4NLmh0L_hY5pH_XiJDSdxjUDQ0enQW2XzwoiDmSi0zFmkXVA/s1600/canelo+vs+kovalev.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="400" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6kK6A4le-VfrQy8ksHcCZvYnd2t4rpV5RERptWiw3Fg5zvKow9xuecCEeXrzsm5pWozrGxvYIEJxdyclXbWHWYAJxiXKF4NLmh0L_hY5pH_XiJDSdxjUDQ0enQW2XzwoiDmSi0zFmkXVA/s320/canelo+vs+kovalev.jpg" width="320" /></a></div>
Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis… así siguen pasando las peleas y el Canelo no consigue su guerra. Tal vez no la quiere, pero la necesita. Por eso de las críticas rabiosas que recibe.<br />
<br />
El Canelo peleó otra vez en una sola velocidad, y lo monocorde aburre.<br />
<br />
Hasta aquí lo que puedo criticar de Saúl.<br />
<br />
Lo demás me parece una victoria valiosa producto de un gran esfuerzo sobre Sergey Kovalev y el cuarto título.<br />
<br />
Sobre los gritos y las quejas, hoy bloqueé una docena de contactos en redes que me insultaron, aunque yo no haya peleado. No bloqueé a ninguno por estar en desacuerdo conmigo, sí por la miseria de la agresión. Quieren, algunos, que desollemos vivo al infiel, que digamos en la transmisión de televisión que todo es un fraude, hasta las luces que alumbran.<br />
<br />
Busqué sin éxito un solo periodista –UNO SOLO- confiable, de esos que son aceptados y creíbles para la mayoría, que cuestionara a Canelo o a la pelea, y no lo encontré. Ni mexicano ni extranjero.<br />
<br />
Mientras el puñado de odiadores de siempre, ahora redivivo, me exigía que yo denunciara la pelea arreglada, ponderaban a Canelo Lance Pugmire (ex Los Ángeles Times, diciendo que Eddy Reynoso debe ser el manager del año), Kevin Lole (de Yahoo, que tenía la pelea empatada), Dan Rafael (que dijo “ahora Canelo es # 1 del mundo L xL”), Eric Armit (en su reporte semanal desde Inglaterra), la revista Boxing Monthly (también de Inglaterra), Sendai Tanaka (desde Japón, que dijo empatada). Príncipi en Argentina con suavidad aceptó “una gran definición borra un libro de objeciones boxísticas.”<br />
<br />
Fernando Barbosa de ESPN habló de una “brillante estrategia de Álvarez.”<br />
<br />
Leí comentarios buenos y medianos en la prensa de Rusia, de España y de Filipinas. Denuncias ninguna.<br />
<br />
Entre los mexicanos Fernando Schwartz fue el más crítico, pero reconoció en Canelo a un buen peleador. David Faitelson, Diego Martínez, José Luis Camarillo, y Salvador Rodríguez reportaron sin novedad. Nadie señaló que hubiera que llamar a la policía.<br />
<br />
No quiero aburrir porque para un muestreo es suficiente. Repito que si alguien, confiable, denunció fraudes o imposturas, todavía no me enteré.<br />
+ + + + +<br />
<br />
La pelea no fue para la antología del boxeo. A Canelo le di perdidos los primeros cuatro rounds, y ganados los siguientes tres. Kovalev parecía no ser el de sus mejores noches y lo dijimos en la transmisión. No sacaba la derecha y también lo dijimos.<br />
<br />
Pero de inicio el ruso con su jab de izquierda gobernaba la pelea.<br />
<br />
Canelo perdía contra el jab en los primeros rounds porque no sacaba golpes.<br />
<br />
Saúl hacía las cosas bien, pero no movía la montaña. Kovalev era muy pesado, más de lo que el mexicano y los Reynoso habían calculado.<br />
<br />
Casi al final Jim Lampley escribió en un tuit: “no encuentro otra puta manera de anotar esta pelea más que todos los rounds 10 9 para Kovalev.”<br />
<br />
Digan ustedes lo que quieran del trámite de la pelea, porque están en su derecho. Si Kovalev no usó la derecha yo no sé por qué no lo hizo, y no lo tengo que defender. Pero el final de la pelea, la definición de Canelo es legítima. No hay actuación alguna ni acepta reproches.<br />
<br />
Fue una pelea más. Seguiremos contando… seis, siete, ocho… ¿hasta cuándo? No sabemos.<br />
<br />
Para que Saúl entregue una pelea con drama en serio e intensidad, no en una sola velocidad.<br />
<br />
Fue una victoria buena, importante, que suma.<br />
<br />
No hubo estafa. El Canelo es así, lo tomas o lo dejas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-76956739220864842172019-07-22T04:37:00.000-07:002019-08-05T04:38:01.181-07:00Manny Pacquiao, joven atleta de 40 años<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIDPLMUpOm8rD8_HwuGDegjZYEVUXauZZkKB6rnDfz90CYRiN7YV-E5Do4PgV-kYZM6NCYVYL5CLWoRkPJTtWls0QS0CltJqssjbrc6FQoCSBBDTRyeUcxUsUdyQcBbtH6sDkIPZBonjbc/s1600/Pacquiao+vs+Thurman.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="600" height="208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIDPLMUpOm8rD8_HwuGDegjZYEVUXauZZkKB6rnDfz90CYRiN7YV-E5Do4PgV-kYZM6NCYVYL5CLWoRkPJTtWls0QS0CltJqssjbrc6FQoCSBBDTRyeUcxUsUdyQcBbtH6sDkIPZBonjbc/s320/Pacquiao+vs+Thurman.jpg" width="320" /></a></div>
Manny Pacquiao esperó la pelea cumpliendo sus actividades y rituales acostumbrados, en paz.<br /><br />Los boxeadores que van a un compromiso de gran porte suelen ser insoportables las horas previas, malhumorados e irritables.<br /><br />El León de Manila parece blindado, no le penetran congojas.<br /><br />Cuando terminó el pesaje, el viernes, me dijo Sean Gibbons, el agente de negocios que no se despega de Manny, “la tarde de ayer (el jueves) conté 70 personas en su suite, tocó el piano y cantó, él no conoce la soledad.”<br /><br />La pelea de la noche de sábado en el Grand Garden del MGM fue un derroche de talento más emparentado con las habilidades de un veinteañero que con los achaques de un veterano de guerra.<br /><br />A este tipo no le duele nada.<br /><br />Henry Armstrong se acabó a los 31, Robinson a los 35, Ali a los 35, Jack Dempsey a los 28, Carlos Zárate a los 29, Rubén Olivares a los 31, Chávez a los 33, Flash Elorde a los 31. Son excepciones las de quienes llegan a los 40 años en buena forma. Archie Moore, Bernard Hopkins y alguno que otro que pueda agregarse.<br /><br />Pacquiao es de esos inmarcesibles. Dorian Gray es filipino.<br /><br />Una vez más el humilde venciendo al bocón, como Frazier a Ali en la primera, como Sánchez a Gómez, como Barrera a Hamed, como Maidana a Broner, como Chávez a Camacho.<br /><br />Manny Pacquiao tiene en común con otros grandes que se toma en serio su oficio, se prepara como Dios manda, compromete toda su voluntad y ejercita con alegría lo que sabe hacer.<br /><br />Algún día, tal vez, alguien nos dirá cómo y por qué evolucionó la anatomía del filipino. Con qué ingeniería invisible a los buscadores de los laboratorios se lo apoyó para un crecimiento desmedido. Aquel alfeñique peso mosca que hace veinte años provocaba mucha pena y ninguna admiración, se convirtió en un superhombre.<br /><br />Su victoria del sábado provocó estallidos de entusiasmo en sus seguidores, porque el público es de expectativas cada vez más prudentes conforme el tiempo pasa. Desean que el final del ídolo esté lejos, pero quién sabe.<br /><br />Fallo dividido porque Glenn Feldman escribió una puntuación que merecería cárcel en un universo más exigente con estas imprecisiones.<br /><br />Keith Thurman fue un oponente de buena calidad porque atacando es peligroso, y no permitió que pensáramos en momento alguno que Manny estaba asaz seguro mientras la acción.<br /><br />Al comenzar el combate dije en la transmisión de TVAzteca: “Miren los brazos de Pacquaio pero miren sobre todo las piernas de Pacquiao.”<br /><br />Y las piernas funcionaron. Nos sorprendió otra vez. Un bólido, un Fórmula 1, un coloso. Ni Thurman ni nadie esperaba ver a un Pacquiao así de veloz, así de preciso y así de eficiente.<br /><br />El Messi del boxeo.<br /><br />Keith Thurman no es mejor que en su momento fueron Juan Manuel Márquez, Marco Barrera, Tim Bradley o el Terrible Morales, pero es mejor de lo que fueron Brandon Ríos, Chris Algieri, Tony Margarito o Jeff Horn.<br /><br />Manny Pacquiao ha peleado en su vida con cinco inmortales: Oscar De la Hoya, Márquez, Barrera, Morales y Floyd Mayweather. Es suficiente. Con esta actuación deslumbrante a los 40 años de edad, se confirma en un lugar destacado de la historia grande.<br /><br />No es cierto que haya sido campeón en ocho diferentes divisiones, lo ha sido en seis: mosca, supergallo, superpluma, ligero, welter y superwelter. Cuando se dice ocho se abona a este universo abyecto de confusión del boxeo de estos días que es víctima de la barbarie impune de dirigentes obtusos.<br /><br />La mayoría de los aficionados ignoran que en la vida de Pacquiao-boxeador hay más de diez peleas que ellos creen que fueron de título mundial pero se pelearon fuera de título: dos con Barrera, dos con Morales, con Héctor Velázquez, con Oscar Larios, con Jorge Solís, con Oscar de la Hoya, con Ricky Hatton, con Brandon Ríos y una con Bradley.<br /><br />El boxeador cuando es grande es más importante que el título, y Bob Arum no se dejaba extorsionar. No compraba franquicias.<br /><br />Manny Pacquiao brilla en tiempos difíciles.<br /><br />El ínclito Gilbertico, ese intelectual venezolano que maneja la AMB, creó ahora los títulos Oro, un nuevo cachondeo. Hay exceso de títulos y este individuo crea nuevos en lugar de cancelar los supercampeonatos que creó su papá y con los que comenzaron a asesinar al boxeo.<br /><br />Yo entiendo que usted, estimado lector, no comprenda por qué suceden estas cosas. Es muy difícil imaginar por qué lo harán.<br /><br />Pero disfrute esta realidad, porque dentro de un tiempo será peor y entenderemos menos.<br /><br />Pensemos en Manny Pacquiao.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-32541863487284852722019-06-02T04:33:00.000-07:002019-06-03T04:33:47.928-07:00Campeón del mundo peso completo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht7THXpBpf-00g3LEVYeaHdf2XGTcy5eU89DxGnrTwMwyvsOFXTachZx88Xf-VkSZgPnR8o8aekskq_H_HF-XMBhGQgsWKpFeO_KCmRDcfRrfHTfKQu6Y22JlA3CUdxfDwyQV_4NE-QQQS/s1600/ruiz-joshua.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="402" data-original-width="600" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht7THXpBpf-00g3LEVYeaHdf2XGTcy5eU89DxGnrTwMwyvsOFXTachZx88Xf-VkSZgPnR8o8aekskq_H_HF-XMBhGQgsWKpFeO_KCmRDcfRrfHTfKQu6Y22JlA3CUdxfDwyQV_4NE-QQQS/s400/ruiz-joshua.jpg" width="400" /></a></div>
¿De este tamaño?<br /><br />No hay muchas hazañas de este tamaño en los 112 años de boxeo organizado en México.<br /><br />La colosal victoria de Andy Ruiz, que despachó a un incomprensible y bucólico Anthony Joshua en el Madison Square Garden de Nueva York, sacudió la industria del boxeo hasta sus cimientos. Por inesperada, por increíble, por esquizofrénica.<br /><br />De ese gordito con cuerpo de antihéroe, o de ex marinero holgazán y desidioso, podía esperarse sólo el ridículo, nunca la hazaña, menos la gloria.<br /><br />De este tamaño recojo muy pocas proezas en más de un siglo de historia. La del Ratón Macías cuando le ganó a Dommy Ursúa en el Palacio Vaquero de Daily City en 1957, la de Julio César Chávez doblegando al Macho Camacho con un México absolutamente paralizado para ser testigo, y el nocaut de Juan Manuel Márquez a Manny Pacquiao por todo lo que la acompañaba, la venganza de tres peleas anteriores, la sentencia al devorador de mexicanos y la rivalidad con Filipinas.<br /><br />Yo no sé bien cómo se comportó la gente en 1934 cuando Baby Arizmendi derrotó a Henry Armstrong en la Arena Nacional, el nuestro con la muñeca izquierda quebrada desde el segundo round remando hasta la victoria por decisión en 10.<br /><br />Pero no hay más. O no hay mucho más No de este tamaño. Y miren que hay noches insignes en el boxeo mexicano. Sin embargo Zárate-Zamora y Rafael Herrera-Rodolfo Martínez (la de Monterrey) fueron peleas entre mexicanos. Muy grandes, pero sin esa sensación de conquista, de ocupación, que supuso vencer un mexicano a un peso completo inglés en el Madison.<br />Fue apoderarse de algo valioso sin permiso, fue robarle a la aristocracia del boxeo, fue la mayor incautación de un Robin Hood a la mexicana.<br /><br />El título de peso completo es de los Estados Unidos y de Inglaterra, y muy poco de otros.<br /><br />Vivimos 50 años contándole al mundo que el Pulgarcito Ramos dobló la rodilla de Joe Frazier en 1968 “…y estuvo cerca de convertirse en campeón”, una afirmación mentirosa y nada más que un consuelo porque la verdad es que Frazier nunca estuvo en peligro.<br /><br />Por eso esta hazaña de Ruiz grita que le abran paso y se engrandece con el transcurrir de las horas.<br /><br />El boxeo es drama, y la Ruiz-Joshua fue dramática de principio a fin, cada segundo la acción se hizo carne en los espectadores provocando una alegría nacional indescriptible. Lo revelan las redes sociales, lo confirma el fluir de la solidaridad contagiada que quiere llegar con loas al flamante campeón.<br /><br />Digamos en confesión que somos culpables. Todos discriminamos a Andy Ruiz antes de la pelea, ¿o alguien de pronósticos respetables había dicho que ganaría?<br /><br />Lo discriminamos porque nadie presupone que un ciego, un cojo, o un gordo mórbido son los mejores candidatos para destacar como grandes atletas, que son aptos para la alta competencia o ser campeones del mundo de boxeo.<br /><br />Un fisicoculturista como Ken Norton o un espigado y enjundioso como Muhammad Ali sí, nos habría arrobado, y a las mujeres muerto de amor.<br /><br />Pero Andy cargaba con su condena: había llegado al ring para ser ridiculizado, y nadie podía esperar otra cosa.<br /><br />Una manera insustituible de medir la calidad de un deportista es observar su capacidad para regresar de la adversidad. Por eso ese tercer round nos dijo tanto. Andy jamás había caído en pelea. A la lona del cuadrilátero la conocía por fotos, y cuando cayó tras la izquierda de Joshua que lo sorprendió en el rostro, por 3 o 4 segundos todos tuvimos la certeza de que la función había terminado.<br /><br />Todos menos el gordo, el panzón, el humillado, que se convirtió en un demonio de maldiciones ya imposibles de conjurar.<br /><br />La consigna a partir de ese momento fue "mexicano al grito de guerra."<br /><br />El resultado vale solo y por sí mismo. Se impone cierta cautela. No hay mucho de dónde agarrarse para decir que Andy Ruiz hará una historia prolongada y generosa. Sólo podemos afirmar que es obstinado, duro, tozudo, que donde pega destroza, y que no se rinde. Lo demás, lo dirá el tiempo.<br /><br />Por ahora, que le vaya bien. Que lo disfrute. Se lo merece<br />porque lo consiguió en la adversidad y cobrando.<br /><br />El boxeador es el único hombre que trabaja mientras le están pegando.<br /><br />Ninguna explicación puede ser toda la explicación para lo que sucedió en el Madison y este resultado extravagante.<br /><br />Me fui a dormir con una alegría nueva, sabiendo que era compartida con millones de otros mexicanos, con la certeza de que ayer fue el día de la vida de Andy Ruiz, y que su victoria estaba escrita en el devenir de los tiempos, que sólo era suya y que ayer… otro día no sé, pero ayer, nadie se la podía quitar.<br /><br />Me fui recordando el poema Canción de la Vida Profunda, de Porfirio Barba Jacob, que afirma que todos tenemos un día que es nuestro día.<br /><br />“Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día...<br />en que levamos anclas para jamás volver;<br />un día en que discurren vientos ineluctables...<br />¡Un día en que ya nadie nos puede detener!”Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-49682036527485272262019-05-27T01:24:00.000-07:002019-05-27T01:24:04.881-07:00El cáncer de los malos fallos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUW_GHqi9xy562s8NbV97ON74eoXKyd92eB_MYaFmJWBsvBpXIt8rtsFs_ZFZMH9AEuFxy7JXhd9QD_HgizNIXPca-asbRcy_tl6fN758_cjgbMPSdWpiiGg-ufLzw_8JZD5ailgkN0fXt/s1600/Jackie+Nava+Tigresa+Acu%25C3%25B1a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="310" data-original-width="441" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUW_GHqi9xy562s8NbV97ON74eoXKyd92eB_MYaFmJWBsvBpXIt8rtsFs_ZFZMH9AEuFxy7JXhd9QD_HgizNIXPca-asbRcy_tl6fN758_cjgbMPSdWpiiGg-ufLzw_8JZD5ailgkN0fXt/s400/Jackie+Nava+Tigresa+Acu%25C3%25B1a.jpg" width="400" /></a></div>
Los dos jueces que dieron empatada la pelea entre Jackie Nava y la Tigresa Acuña no la vieron empate, solo la anotaron empate.<br /><br />Verla empate era imposible y por eso no hay ningún otro observador en el planeta tierra que sostenga tan infausto desatino.<br /><br />Marcela Acuña debió ser declarada ganadora.<br /><br />El cáncer de los malos fallos es la más cruel enfermedad del boxeo y lo fue siempre, hace cien años pasaba lo mismo. Era 1887 cuando a Patsy Cardiff le robaron la victoria que merecía en su pelea vs John L Sullivan en Mineápolis.<br /><br />Sin embargo las anotaciones equivocadas deberían ser ya una antigualla, archivada y olvidada, tomando en cuenta que hace medio siglo el boxeo está más o menos organizado en un mundo de comunicaciones inmediatas y baratas, que exhiben a los depredadores de las tarjetas.<br /><br />Cuando oímos la palabra juez sabemos que se refiere a una persona que tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar. Pensamos que su tarea tiene algo que ver con la justicia. Confiamos en que su trabajo se encargará de aquello que nos enseñaron nuestros maestros en la infancia: dar a cada uno lo que merece.<br /><br />Pero en el boxeo pareciera que ser juez es otra cosa. Individuos que van con una tarjeta prevista, la que se ha de acomodar sobre la marcha para ajustar a los avatares de la pelea.<br /><br />En el boxeo los boxeadores no tienen miedo, pero los jueces tienen terror. Los espanta la posibilidad de una controversia, el quedar mal y no ser nombrados en la próxima gran pelea. Votan por el famoso, por el favorito, por el local o por el del promotor. Y en el peor de los casos, la más grande estupidez, votan por su compatriota.<br /><br />Sería de risa loca, si no fuera tan grave.<br /><br />Me pregunto ¿por qué lo hacen? ¿Por qué?<br /><br />¿Por qué?<br /><br />¿Pensarán que un designio divino los puso ahí para salvar a la patria?<br /><br />¿Los jueces de anoche creerán que ayudaron a Jackie Nava?<br /><br />Los torpes ayudando solo consiguen joder.<br /><br />¿De qué tamaño es la pequeñez de seres que tendrían que ser los más libres y sin ataduras de la arena para señalar a un ganador, y son los únicos esclavos de su estulticia y pusilanimidad.<br /><br />Con una pizca de dignidad una persona designada para ser juez tendría que sentirse orgullosa del encargo recibido, porque durante 40 o 50 minutos va a ser dueña de la vida y del destino de los combatientes, comprometida en cada pensamiento a hacerlo bien, ser alguien donde el destino la puso esa noche, pero observamos azorados que eligen ser menos que nada, un estorbo, cochambre.<br /><br />Hay buenos jueces, que hacen su trabajo silencioso siempre bien. Yo tengo una lista de 100 en mi escritorio. Pero los organismos internacionales prefieren trabajar con una lista mucho más numerosa porque hacen política con los nombramientos.<br /><br />El boxeo está herido por los aventureros y por los advenedizos. No hay escuelas para jueces. Juez es cualquiera. Y así nos va. Para ser un juez competente primero hay que ser un ser humano íntegro, con formación, con principios, con códigos.<br /><br />Recuerdo a don Arturo Hernández, el genial Cuyo Hernández que tenía una inteligencia muy por encima del promedio. Me decía: “Señor Lamazón -con su ritmo de hablar martillado-, el boxeo es tan sencillo que el que no lo aprende en dos meses no lo aprende nunca, pero eso sí, no es para pendejos.”<br /><br />Los jueces veniales se miran en el espejo equivocado. Los enloquece el ‘to belong’. Necesitan pertenecer a algo, usar escudos y distintivos. Se saben poca cosa, por eso quieren ser de marca. Entonces votan para que no se enoje el señor fulano de tal, o el promotor zutano.<br /><br />Los grandes jueces en la historia del boxeo, digamos el inglés Harry Gibbs, el californiano Chuck Hassett, el mexicano José Juan Guerra (y puedo nombrar otros cien) eran personas honorables, inconquistables, incorruptibles, que daban rutinariamente una anotación indiscutible y que jamás eran cuestionados por nadie. Eran respetados, eran señores.<br /><br />¿Es tan difícil darse cuenta que ese es el espejo correcto?Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-54532763474021209712019-05-23T01:27:00.000-07:002019-05-27T01:28:13.445-07:00Recordando la tablita<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibdu5oDzcHmr1XbSi1202K5Zzs9j-YIfDL9KeGhC0Jr7OVl3fkO2_LJXoXaxNwUzbAO-tJPGbvzgGqUpAULyryNKT76RLlDokJC5hkJ-LlZMPz8eWiL77kChRRz8BaudZgfdkw6Gp_9VpZ/s1600/sugar+ray+hearns.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="400" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibdu5oDzcHmr1XbSi1202K5Zzs9j-YIfDL9KeGhC0Jr7OVl3fkO2_LJXoXaxNwUzbAO-tJPGbvzgGqUpAULyryNKT76RLlDokJC5hkJ-LlZMPz8eWiL77kChRRz8BaudZgfdkw6Gp_9VpZ/s320/sugar+ray+hearns.jpg" width="320" /></a></div>
Publico una lista de mis 12 mejores libra por libra y me llegan toda clase de comentarios, algunos de ellos interesantes y buenos.<br /><br />Otros no.<br /><br />Que uno que puse en 4 debía estar más arriba por sus títulos y unificaciones…<br /><br />Para elegir los mejores hay que dejar que trabaje nuestra conciencia, con libertad y sin corsés, de modo que enlistemos a los candidatos según su calidad, y prescindiendo de engañosos títulos nobiliarios.<br /><br />Ni títulos ni unificaciones sirven para el caso. Que el campeón sea el mejor es una búsqueda permanente, pero es un destino al que jamás se llega. La búsqueda es eterna, los hallazgos son pasajeros. Un campeón debería ser el mejor, pero no siempre lo es. El mundo irreal del deber ser.<br /><br />Durante 24 años hice cada mes las clasificaciones mundiales en el CMB (con el aporte de un equipo de varios expertos), y aprendí muchas cosas con los golpes del camino. La ardua obsesión por no cometer injusticias es un acercarse a la locura.<br /><br />En la respetable y eficiente AMB (Asociación Mundial de Boxeo) de hace 40 años, al Dr. Elías Córdova se le ocurrió un día crear una tablita, con algunas reglas para clasificar según méritos y puntajes.<br /><br />Córdova era muy mi amigo, un hombre conocedor y un dirigente excepcional, al que le dije “suerte con la tablita pero creo que no te va a funcionar”.<br /><br />Sucedió que pelearon Sugar Ray Leonard y Tommy Hearns, ganó Leonard por KOT, y la tablita decía que al que perdiera por KO, campeón o retador, se lo ubicaría en la siguiente clasificación en el número 7. Córdova me llamó y me dijo: “Lamazón tenías razón, tengo que poner a Hearns en 7 pero él noqueó a todos los que están del 1 al 6”.<br /><br />Entendió el Dr. Córdova, que era un hombre inteligente y razonable, que su invento acababa de morir.<br /><br />Si algo he aprendido en tantos años les quisiera decir que cuando se trata de hacer listas de mejores boxeadores, no hay en el mundo fórmula más eficaz que usar nuestro ojo clínico para seleccionarlos.<br /><br />Frankie Randall le ganó a Julio César Chávez pero no era mejor que Chávez. El Topo Gigio Vázquez le ganó a Lupe Pintor siendo Pintor campeón del mundo, pero no era mejor. Quizá era mejor esa noche, era mejor por un momento, que es otra cosa.<br /><br />Para muchos, entre los que me cuento, las listas son apasionantes. Hagamos listas, para debatir, para estar y para no estar de acuerdo. No usemos una tablita. Usemos la inteligencia, que nos sirva para algo.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-26658274115656943852019-05-08T02:04:00.000-07:002019-05-08T02:04:46.164-07:00El Canelo grande que aún no aparece<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi35ql_vq1Eied4hwi88NjeGhLO3g6hnw1LYOlUP-yVaqvCjkqywgxuzGSByepEusrSgjhQbyMiWFxabBAZmTYg7u_v09CeOQ2SRcIjAM174OHlQ4D6TDU1phd2RSDirkkZFPYlALg-HWz6/s1600/canelo-jacobs.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="337" data-original-width="600" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi35ql_vq1Eied4hwi88NjeGhLO3g6hnw1LYOlUP-yVaqvCjkqywgxuzGSByepEusrSgjhQbyMiWFxabBAZmTYg7u_v09CeOQ2SRcIjAM174OHlQ4D6TDU1phd2RSDirkkZFPYlALg-HWz6/s400/canelo-jacobs.jpg" width="400" /></a></div>
Los del pesaje, esos dos encabronados queríamos ver.<br /><br />Al final del décimo round yo la tenía empatada, y cuando las peleas se empatan empiezan de nuevo. Desde el séptimo había dicho y repetido en la transmisión que era hora de poner las cosas claras o Saúl peligraba en las tarjetas.<br /><br />Ganó los rounds 11 y 12, y mi anotación cerró en 115 a 113. Mucho sufrimiento. Un parto. <br /><br />Revisé tarjetas de muchos. Los dos rounds finales, para mi tan claros del pelirrojo, muchos los habían visto al revés.<br /><br />Revisé más rounds en más tarjetas. Algunos colegas que respeto y con los que coincidí en los números finales, habían llegado a lo mismo por caminos diferentes.<br /><br />Las grandes peleas parejas dividen opiniones. Otra vez cada quién vio lo que quiso, o lo que pudo.<br /><br />¿Qué hacemos con todo lo que Canelo genera en cada pelea? Detona más comentarios que un disparate de Donald Trump.<br /><br />Es falso que haya sido una mala pelea. No fue grandiosa, pero fue más que mediana. Peleas de esta calidad hemos visto centenares que no fueron cuestionadas por nadie.<br /><br />Fue una partida de ajedrez, cada movimiento bien calculado, a cada acción una reacción.<br /><br />Hablamos de una pelea incapaz, eso sí, de encender pasiones. El gran público quiere guerras, quiere caídas, quiere rodillas que se doblen tras el detonar de puños homicidas, y quiere sangre. Es obsceno, pero es así.<br /><br />Yo no sé por qué Canelo pelea en una sola velocidad, tan fácil que es provocar cambios de ritmo para favorecer la estrategia, y para sorprender al de enfrente. <br /><br />El de enfrente, Daniel Jacobs, ejecutó una logística correcta, cuidadosa, a la que le faltó determinación y ganas para ganar la pelea. Cuando no hay sacrificio no hay seducción en los ojos del espectador. Helenio Herrera, el mago, decía “el que no da todo no da nada”.<br /><br />Jacobs cambió de guardia varias veces y el recurso le funcionó como nunca antes. A pesar de que Álvarez estaba advertido, no pudo evitar confundirse cuando lo vio al revés. El estadounidense se llevó sólo con eso un par de rounds que amenazaron el futuro inminente de Saúl.<br /><br />A la pelea le faltó acción decente para estallar, a Jacobs ya dije, y a Canelo le faltó el brinco a la gloria que estamos esperando desde hace años. Le hace falta ganar una guerra. Tal vez la busca, pero no la encuentra.<br /><br />Hubo una pelea tejida al crochet, pero no hubo drama, y a Canelo alguien tiene que decirle que en el boxeo el drama es indispensable.<br /><br />Hoy me llamó Víctor Cota, el gran historiador: “-Lamazón, ¿el Canelo es gran peleador o es sólo buen peleador?” Le respondí: “Buen peleador, por ahora.”<br /><br />- A mí siempre me gustó el Canelo –me dice Cota-.<br /><br />- Sí, carajo, pero que nos dé UNA pelea con el contenido de violencia de una Barrera-Morales, o de Chávez-Taylor, ese examen no lo ha pasado.<br /><br />Canelo no peleó mal, pero peleó poco. Hizo cosas bonitas con una cintura activa y mejorada, se defendió, resistió dos o tres golpes que hubieran hecho llorar a Marvin Hagler, pero fue escaso en la producción. Tiró poco, y en el boxeo la batalla se gana con muchas balas.<br /><br />Yo también sueño con ver un Canelo trenzado en intercambios de golpes para ver qué pasa. Un toma y daca prolongado que nos provoque un ulular de gargantas en un coro repentino y tumultuoso. ¿Pero debe cambiar el Canelo para complacer a la masa? No puedo reclamárselo. Es un profesional y tiene que seguir el guión acordado con Chepo y Eddy Reynoso para ganar sobre el ring.<br /><br />Ganar o gustar es un eterno dilema cuando las dos cosas juntas no se pueden conseguir. <br /><br />Por citar algunos anotadores respetables, Juan Manuel Márquez se inclinó por Daniel Jacobs 115 113, Fernando Barbosa y Roberto Sosa dijeron empate, Lance Pugmire (de Los Ángeles Times) la dio a Canelo 116 112 y con mi 115 113 para Canelo coincidieron The Guardian, Carlos El Zar Aguilar, Víctor Cota y Kevin Lole.<br /><br />Lo de siempre. Veinte expertos por acá vieron ganar a Canelo y otros veinte igual de expertos por allá vieron ganar a Jacobs.<br /><br />Saúl Álvarez mantiene latiendo la gran interrogante que lo acompaña. ¿Dónde está en el boxeo de hoy y dónde quedará para la historia? <br /><br />Siempre decimos que la próxima pelea dirá mucho al respecto. Y así vamos de pelea en pelea.<br /><br />Yo creo que la próxima será la tercera con Golovkin. En las anteriores dos tampoco hubo acuerdos, sólo opiniones encontradas.<br /><br />Hombres juzgando a otros hombres. Desventura. Una travesía sin destino.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-52250173378493510322018-09-17T13:17:00.001-07:002018-09-17T13:17:58.282-07:00La polémica sobre Canelo vs GGG 2<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh70bsM83Z1xIGzNCZwqgas310-S-GLaqW8Nbr25z-RtV4iePxst212EBqJpZw-Md1yF4Pkj54MUNSTqXISK7fvrpuwUGkK0cdMe-y9jq_RW33JtfvWif2HZN1t5PW8ds0oGRNUB6SYmihK/s1600/canelo+vs+golovkin+polemica.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="338" data-original-width="600" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh70bsM83Z1xIGzNCZwqgas310-S-GLaqW8Nbr25z-RtV4iePxst212EBqJpZw-Md1yF4Pkj54MUNSTqXISK7fvrpuwUGkK0cdMe-y9jq_RW33JtfvWif2HZN1t5PW8ds0oGRNUB6SYmihK/s400/canelo+vs+golovkin+polemica.jpg" width="400" /></a></div>
La realidad es independiente de la actitud con que se la mire.<br /><br />La pelea fue una, las opiniones son millones.<br /><br />La pelea fue esa que vimos, no es más ni es menos pelea ni se modifica con las voces de los miles de opinadores de ocasión.<br /><br />Si usted cree que ganó Canelo, la pelea es la que fue, y si cree que ganó Golovkin, está bien, pero no se modifica lo actuado.<br /><br />Esta polémica infinita, hija de las redes sociales, que creció como una pandemia, que puso en el éter el grito agónico de aprobación o de rechazo de tantos aficionados sin rostro, es buena para el boxeo, porque enciende las pasiones y hace protagonistas a los más alejados del ring.<br /><br />Yo soy de un tiempo cuando tras las grandes peleas podíamos conocer sólo unas cuantas opiniones. Unas cuantas es diez, veinte, por los diarios o por la radio.<br /><br />En esta vertiginosa discusión hemos leído una catarata incontenible de tonterías sobre el combate de Las Vegas:<br /><br />- Que los rounds muy parejos hay que dárselos al campeón.<br /><br />- Que el retador tiene que hacer más para ganar.<br /><br />- Que los jabs no cuentan en el boxeo profesional.<br /><br />- Que uno u otro tenía el rostro más lastimado y eso prueba que perdió.<br /><br />- Que al negocio del boxeo le convenía que ganara Canelo.<br /><br />- Que Chávez dijo que ganó Canelo y entonces ganó Canelo porque nadie puede saber más que Chávez.<br /><br />- Que Canelo dominó la pelea.<br /><br />- Que Golovkin se vio disminuido y viejo.<br /><br />* * * * *<br /><br />Pongamos algunas cosas en su lugar:<br /><br />- Al campeón se lo destrona ganándole por un punto.<br /><br />- Si los jabs no contaran en el boxeo profesional Larry Holmes no existiría en la historia del ring, él que es el quinto mejor pesado de la historia y que durante doce años fue imbatido e imbatible.<br /><br />- Un rostro más lastimado que el otro rostro es una consideración muy menor a la hora de evaluar lo sucedido. Si uno de rostro lastimado fuera necesariamente perdedor Daniel Zaragoza o el Travieso Arce no hubieran ganado nunca una pelea.<br /><br />- Canelo no tuvo el control del combate ni siquiera en los rounds que ganó. La pelea se desarrolló en zona geográfica propiedad de GGG.<br /><br />- Golovkin mantuvo un despliegue físico admirable, superior al de la pelea anterior entrambos y superior al que exhibió contra Daniel Jacobs.<br /><br />- Si Chávez dijo que ganó Canelo, Manny Pacquiao y Terence Crawford dijeron que ganó Golovkin.<br /><br />- Al negocio del boxeo le convenía que ganara Golovkin. Una derrota a Golovkin lo podía/puede dejar fuera del boxeo, una derrota de Canelo garantizaba aún más una tercera ruidosa pelea.<br /><br />* * * *<br /><br />La pelea del sábado fue un intercambio caótico y atroz de violencia en el que chocaron dos estilos diferentes, que sedujeron uno a unos y el otro a otros.<br /><br />Para los canelistas los golpes de jab de Golovkin contaron poco, o nada, porque son golpes de señoritas, y para los simpatizantes del que perdió el dominio científico de éste sobre el mexicano fue apabullante.<br /><br />¿Cómo se resuelve el dilema?<br /><br />Vuelvo sobre algunas cosas que digo con frecuencia:<br /><br />1- En boxeo la palabra más importante es CRITERIO.<br /><br />2- No nos casemos con un concepto sin serle alguna vez infiel, cuando valga la pena: un jab vale menos que un recto a la mandíbula, sí, pero en este caso el tsunami que Golovkin le creó a Álvarez con el jab incesante fue de tal calidad que es difícil recordar otros ejemplos de un uso tan eficiente, casi devastador “del golpe de señoritas”.<br /><br />3- En boxeo no hay goles, ni hay puntos, ni hay una pelotita, ni corremos contra un reloj, por lo que el resultado de la pelea es el que cada cual ve, y hay un resultado oficial que muchas veces es razonable y otras veces es miserable.<br /><br />Algunas peculiaridades de este combate revelan que el réferi no intervino en las acciones, los dos fueron tan limpios que podrían haber estado solos en el cuadrado.<br /><br />Canelo tuvo un desempeño valiente hasta el límite de lo posible, porque con una propuesta inimaginable antes de la pelea, se rajó el alma para gustar.<br /><br />Ninguno de los rincones se creía ganador seguro poco antes del final a juzgar por los diálogos que escuchábamos en los descansos.<br /><br />Los combatientes se abrazaron con sinceridad cuando oyeron la última campanada, lo que el boxeo les agradece. Las fricciones previas fueron dramáticas y a veces divertidas, el abrazo final curó heridas encarnadas.<br /><br />* * * * *<br /><br />Mi percepción es que ganó Gennady Golovkin, en un diseño de ajedrez de una pelea en la que su inteligencia, recursos técnicos y capacidad para ejercer y soportar castigo fueron superiores a lo que ofreció Canelo. La quintaesencia de una estrategia bien lograda. No fueron jabs solamente, aunque con esa mano izquierda sublime le hubiera bastado para justificar el triunfo. <br />Golovkin sacudió la testa de Álvarez tantas veces como fue sacudido, si le reclamamos golpe de poder. Su respuesta a los impactos recibidos fue a golpe por golpe cuando los intercambios parecieron de nocaut.<br /><br />Anoté 116 112 a favor de GGG.<br /><br />Pero todos tienen su opinión, y nadie la va a cambiar.<br /><br />Es la historia del boxeo.<br /><br />Cada cual ve lo que quiere, o lo que puede.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-1963411476437088482018-08-13T03:00:00.000-07:002018-08-14T03:01:10.445-07:00Jackie Nava no se rinde<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIqtpxFC1k_Qnros-igrYIpQoFOdLnwOZcV_6HwWYmeBWzRMDgBXJcxWsr9dDXU0mMObwMnvmReQ-nGuZkr_dnM2STTa6HuX-5XTrOem2BmWcRf7zvXibTFDvdQTZX69VrdfIJ1BWz6jwQ/s1600/jackie+nava+vs+Alys+S%25C3%25A1nchez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="1280" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIqtpxFC1k_Qnros-igrYIpQoFOdLnwOZcV_6HwWYmeBWzRMDgBXJcxWsr9dDXU0mMObwMnvmReQ-nGuZkr_dnM2STTa6HuX-5XTrOem2BmWcRf7zvXibTFDvdQTZX69VrdfIJ1BWz6jwQ/s400/jackie+nava+vs+Alys+S%25C3%25A1nchez.jpg" width="400" /></a></div>
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Hay muchos méritos en lo que peleó Jackie Nava en la Arena de la Ciudad de México.</div>
<br />Por segunda vez le ganó a la venezolana Alys Sánchez.<br /><br />Si usted da un salto de un metro a los 18 años, a quién le importa, pero si salta lo mismo a los 90 años se convierte en la hazaña de un coloso. <br /><br />Exagero las comparaciones porque aunque la psicología dice que la exageración es una distorsión que dificulta el entendimiento, a mí me parece que cuando algo no se entiende, si uno lo agranda, de inmediato se ve claro lo que resultaba recóndito.<br /><br />Ahora vean por qué lo digo. <br /><br />Lo que importa es que Jackie tiene 38 años, y no conozco un deportista que en la franja de los treinta, más temprano o más tarde, no comience a degradarse.<br /><br />Tan importante me parece tener en cuenta la edad del que compite, que con el récord de peleas siempre menciono cuántos años acarrea.<br /><br />Viene a cuento que polemicé durante varios años este asunto con Marco Antonio Barrera, mi amigo, campeón inmortal y compañero de transmisiones en Televisión Azteca, porque en una ocasión él me enmendó “la edad no importa, cualquier edad es igual, lo que importa es el talento.” Como lo repitió en otras transmisiones, un día le propuse, al aire, que lo aclaráramos. Le dije “Marco, no puede ser que me lo rebatas, ningún peleador es el mismo a los 22 que a los 36”, y Marco, que es un caballero, aceptó mi aserto y explicó que él sólo quería enfatizar sobre las buenas habilidades incorporadas al inventario de cualquier grande del ring.<br /><br />Jackie Nava, entonces, con 38 en la piel y 18 meses de inactividad, subió ayer al ring de la majestuosa Arena de la Ciudad de México para continuar la aventura que ha sido su vida de deportista.<br /><br />Las dificultades que sufrió en los primeros rounds no son tan malas noticias como puede arrojar un enunciado simple de lo sucedido. No, porque las superó. Sobrenadó aguas amenazantes. Nunca es malo y a veces es grandioso sobreponerse a la adversidad.<br /><br />Tres rounds de pesadilla nos hicieron pensar que la pelea sería la mortaja que pondría fin a sus sueños.<br /><br />Lo creyó también la visitante, Alys Sánchez, que conforme pasaban los minutos encontraba más y más asequible pensar en la victoria. Jackie sin buena coordinación de movimientos, titubeante y prudente como una monja. Sor Jackie se condenaba al infortunio porque cuando las cosas no funcionan el reloj camina más aprisa.<br /><br />Cuando no haces lo que debes hacer los problemas te buscan a ti.<br /><br />Pero el cuarto round llegó oportuno como llega de oportuna la primavera tras un invierno de fríos congelantes. <br /><br />No fue un milagro. Sólo se animó Jackie a hacer lo que antes no se había atrevido. La indecisión se hizo coraje un poco en los puños y más en las piernas. Dijo “¡Adelante!” con el ánimo de un cruzado y fue por lo que buscaba.<br /><br />Cuarto, quinto, sexto. Usó más la determinación que el talento para nivelar la pelea, y pudo porque los valientes siempre pueden. Lo dice la ley del ring.<br /><br />Eran dos pero no eran de la misma clase. La avispa y la abeja liban las mismas flores pero no obtienen la misma miel.<br /><br />La pelea terminó accidentada cuando Alys Sánchez acusó extraños y repentinos dolores que no le permitieron salir al octavo. <br /><br />El séptimo round estimo que lo perdió Nava. Una pena la claudicación de la venezolana porque hubiera brillado más la victoria a la que la tijuanense se encaminaba.<br /><br />La conclusión es que esos rounds finales probaron que Nava aún tiene con qué pelear. La capacidad anida en su cerebro y en sus músculos. Si no la tuviera no la habría revelado.<br /><br />Quizá queda un solo proyecto grande para ella. La Barbie Juárez. Por espectáculo, por bolsas, por lo enorme que sería esa pelea para México.<br /><br />Ahí están las dos. Puestas y dispuestas.<br /><br />Ahora es cosa de los promotores y de las dos televisoras grandes.<br /><br />Que se haga. No sea nadie culpable, otra vez, de dejar en el limbo una gran pelea siempre esperada y nunca realizada.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-52575594869428720072018-08-11T02:57:00.000-07:002018-08-14T02:58:06.057-07:00Canelo, operación 15 de septiembre<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMvUjrG8AQJWiwx9d3M28gWA4S4tdy9JY-816MssmpqsOjR70IHlZJFxSFBuo5cGoOmwya_MTAGZbFVM9DuKcZ9uUPQZ-7So7RJoUjAM5eloMpJDyyx9811dB7yC_NLMdsL8MGKok-YVE5/s1600/canelo+vs+ggg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="430" data-original-width="750" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMvUjrG8AQJWiwx9d3M28gWA4S4tdy9JY-816MssmpqsOjR70IHlZJFxSFBuo5cGoOmwya_MTAGZbFVM9DuKcZ9uUPQZ-7So7RJoUjAM5eloMpJDyyx9811dB7yC_NLMdsL8MGKok-YVE5/s400/canelo+vs+ggg.jpg" width="400" /></a></div>
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Tiene 28 años de edad y quince años en el ring. Muchos de esos años vividos en la histérica controversia que su nombre provoca, en el transitar la vida a centímetros del precipicio. Siempre en guardia. Siempre observado y juzgado con rigor. Nunca del todo sobreseído.</div>
<br />El Canelo Álvarez es un boxeador, y es también una tempestad.<br /><br />No hay en el boxeo mexicano memoria de alguien tan controvertido. <br /><br />Chávez, Olivares, Arizmendi, Sánchez, Barrera, Román, Saldivar, Montiel, Morales. Todos son amados por el gran público. Aun Miguel Canto y Ricardo López, dueños de ese otro boxeo estético y refinado, menos frecuente aquí.<br /><br />Canelo vuelve al ring el 15 de septiembre en Las Vegas. Es desempate con Gennady Golovkin pero Canelo no viene de la pelea anterior, viene del infierno del clembuterol y del draconiano escrutinio de la opinión pública que nunca le ha dado paz.<br /><br />El porqué de la ardua relación de Álvarez con la gente es un misterio mayor que el destino de Amelia Earhart. <br /><br />Canelo es parco, serio, seco, económico en sus expresiones. No se parece en nada a un publirrelacionista. Es imposible adivinar si esto que comento, o cualquier otra cosa, lo preocupa o le importa un cuerno.<br /><br />He visto a Canelo en los Estados Unidos salir de una conferencia de prensa y no poder caminar por muchos minutos, seguido y ahogado y aclamado por mareas humanas, mientras en las arenas y en las redes sociales recibe embestidas de críticas sin misericordia.<br /><br />En la pelea de septiembre del año pasado le pregunté por qué tanto odio contra Álvarez a un mexicano que desde las gradas le gritaba anatemas como si hubiera matado a su madre, y me respondió: “- ¡Porque es mamón!<br /><br />A esa gente que lo debate no le gustaba que Saúl había peleado siempre con tipos físicamente más chicos, y repetía que “cuando pelee con Golovkin ya van a ver lo que le va a suceder”.<br /><br />Pues no le sucedió nada cuando finalmente peleó con Triple G. Si hubiera enfrentado a un niño no le habrían hecho menos daño. Golovkin había noqueado a 31 en 37 peleas y no le hizo nada. Ya no podemos reclamar que no se las haya visto con uno de su tamaño. Contendió al mejor del mercado, y no perdió.<br /><br />No sólo no perdió. Para mí ganó la pelea. Hace un año que lo explico y hace un año que recibo imprecaciones variopintas por lo que defiendo.<br /><br />Blasfemias que son de la mitad que no lo vio como yo lo vi. Ayer le respondí a un lector furioso que si él vio ganar a Golovkin está bien, pero que si cree que todos vieron ganar a Golovkin, está mal.<br /><br />* * * * *<br /><br />Todas las peleas cerradas dividen opiniones. Todas. Incluso entre los expertos. Tráiganme diez muy conocedores que defiendan el triunfo de GGG y les traeré otros diez igualmente entendidos que vieron ganar a Álvarez.<br /><br />Han pasado los años y el mundo sigue discutiendo quién ganó entre Leonard y Hagler o entre Emile Griffith y Luis Manuel Rodríguez.<br /><br />Si el Canelo ya peleó con Golovkin hace un año, ¿qué no les gusta ahora? ¿Qué es de tono rojizo y los mexicanos no somos rojos?<br /><br />La segunda pelea puede ser parecida a la primera. Yo sacaría a Saúl de ese permanecer tanto en las cuerdas porque nadie entendió por qué lo hizo.<br /><br />Hay momentos en las peleas en que un boxeador siente que tiene un buen control de lo que está ejecutando. Canelo puso espalda a las sogas demasiadas veces para hacerse el macho. “Me pega y no me hace nada” era el mensaje. Canelo subió la guardia para protegerse la cabeza que es lo más vulnerable y se dejó atacar. Al estar quieto ni siquiera había un riesgo cercano de cometer un error como el de Pacquiao contra Márquez y que se colara una mano noqueadora de parte de Golovkin.<br /><br />Pero la gente no lo entiende, y los jueces lo entienden mucho menos porque los jueces del boxeo no entienden de boxeo.<br /><br />Canelo ganó los tres primeros rounds y los dos últimos rounds con cierta claridad (los tres jueces le dieron al rojo los últimos tres rounds). Entre el cuarto y el décimo están los millones de desencuentros en las opiniones. Para mí ganó también los rounds 6 y 7 y eso explica mi tarjeta.<br /><br />Todo esto que comento no garantiza una victoria de Saúl en la segunda edición del duelo. Dije de aquella pelea lo que ahora debo decir de ésta: será ‘la’ pelea para Canelo (más que para Golovkin), es esa pelea esencial que decidirá su destino y su historia. Si gana continúa su derrotero a una edad en la que tiene espacio para construir. Si pierde, depende de cómo pierda, será ripioso para él remontar los amores de la gente y convivir con las secuelas del affaire clembuterol.<br /><br />* * * * * *<br /><br />¿Puede perder Canelo?<br /><br />Los dos pueden ganar y los dos pueden perder.<br /><br />Canelo debería hacer un esfuerzo algo mayor. <br /><br />Con lo de la primera pelea alcanza para la esperanza pero no abastece certezas de triunfo. Un mexicano nunca es local en Las Vegas (para los tipos que anotan en las tan temidas tarjetas). La pelea tendrá rounds cerrados y repetirá las complejidades matemáticas conocidas.<br /><br />Gennady Golovkin es un raro boxeador que pelea sólo con una mano, la izquierda. Su brazo derecho está amarrado al cuerpo y el observador imagina que algo le impide pistonear. Peleó con una mano al Canelo y así es como pelea siempre. Sólo ejecuta con la derecha cuando ve una oportunidad de convertirla en letal. Una mano derecha que amenaza siempre y cumple de vez en cuando, pero que cuando cumple causa estragos. <br /><br />Es pelea para reconstruir presentes y futuros. La suspensión de Canelo desordenó su vida y sus planes, y le impidió ganar muchos millones de dólares. Perjudicó más, sin embargo, a Gennady Golovkin, porque Canelo tiene tiempo que él no tiene. Su futuro se acota a una angustiante próxima caducidad.<br /><br />Golovkin perdió con la suspensión de mayo la bolsa más grande de su vida, y el insuceso lo llevó a una pelea con Vanes Martirosyan con la que cosechó más críticas que aplausos, por la vaguedad del rival. <br /><br />La confirmación de la pelea, hace algunas semanas, arrancó las apuestas con GGG marcadamente favorito, lo que atribuyo al daño que hizo al mexicano el escándalo del clembuterol. <br />No olvido que en las apuestas los que saben apuestan primero, pero se cuentan por millones quienes sospechan que Saúl “con clembuterol rindió en la primera pelea (asumen que lo estaba consumiendo para tomar ventaja) lo que sin clembuterol no podrá rendir en la segunda.<br /><br />Gennady Golovkin es un buen peleador, pero no es Hagler, ni es los diez campeones mejores que Hagler que ha tenido la división de los pesos medio. Su oposición ha sido humilde. Creo que perdió con Jacobs. Él también tiene que reconstruir su presente para caminar a lo que le queda de futuro.<br /><br />“A los 36 los boxeadores debemos retirarnos”, dijo Muhammad Ali, y GGG tiene 36. <br /><br />Seguiremos conversando.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-37897098025489323082018-07-23T14:11:00.000-07:002018-07-23T14:11:21.765-07:00Sobre Jaime Munguía<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieN3bXbtiFgV_pnSiJJvemx0C2rpoD532tdxL04ju6ooHU-yRY9u1yy4GeScL0JMikDHBIzEWm3L0-pEtNRkVTgUsLHEVcrA6YW6_rqvPzD5SIR5ggUkrItc6BgClWP-feXFHowyyzeDqd/s1600/Jaime+Mungu%25C3%25ADa+vs+Liam+Smith.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="768" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieN3bXbtiFgV_pnSiJJvemx0C2rpoD532tdxL04ju6ooHU-yRY9u1yy4GeScL0JMikDHBIzEWm3L0-pEtNRkVTgUsLHEVcrA6YW6_rqvPzD5SIR5ggUkrItc6BgClWP-feXFHowyyzeDqd/s400/Jaime+Mungu%25C3%25ADa+vs+Liam+Smith.jpg" width="400" /></a></div>
Un niño peleando contra un hombre.<br /><br />Así vi a Jaime Munguía en el ring del Hard Rock de Las Vegas donde el sábado le ganó al inglés Liam Smith en una pelea eruptiva y anárquica. El triunfo fue legítimo pero la actuación del joven campeón confundió a todos.<br /><br />La promoción y los comentadores habíamos prometido sólidos resultados de la evolución en el ring del peleador de Tijuana, y lo que hizo en combate no pasa la prueba de la lupa.<br /><br />¿Nos equivocamos en el pronóstico tan optimista?<br /><br />No lo creo.<br /><br />Munguía se sobrepuso a la adversidad después de perder los tres primeros rounds, y ganó con lo mejor que tiene: una voluntad indomable y el espíritu de un triunfador. Su mejor arma es la actitud.<br /><br />Me hace acordar a esos valientes de raza, como Margarito, como Monzón, como LaMotta, tipos que con la mirada te decían: “Deja que primero me muero peleando y después vemos.”<br /><br />Munguía no había peleado en primera división, ni en segunda, cuando le llegó la oportunidad titular contra Sadam Ali, en mayo, y ganó porque lo de Ali fue torpe y mediocre, y ejecutarlo sin piedad no representó mayor complicación para el bisoño aspirante hambriento de gloria. Después, brincó a lo que vimos el sábado en Las Vegas.<br /><br />Es decir que Munguía se salteó la etapa de aprendizaje que correspondía a su edad y a su derrotero.<br /><br />Jaime es todavía un muchacho, un jovencito. En el boxeo la historia recoge el nombre de dos que fueron campeones mundiales antes de cumplir los 18 años, Abe Atell y Wilfredo Benítez, pero esto es excepcional y lo cito sólo porque es pertinente. 21 años, que son los de Munguía, son muy pocos años para haber madurado cuanto es menester.<br /><br />Sin embargo, no hay nada que lamentar.<br /><br />Munguía va a ser un buen campeón si hace lo que mandan los preceptos de un deportista triunfador. Aceptó con humildad que tiene que mejorar, y que va a trabajar para lograrlo. Lo que sigue es que sepa qué se debe hacer, y no estoy seguro de que lo sepa.<br /><br />Hay detallitos y detalles groseros que enmendar.<br /><br />Munguía perdió los tres primeros rounds de la pelea, que eran los menos perdibles si él llegaba con una estrategia definida, es decir sabiendo exactamente a qué iba al arranque del combate. En cambio se paró en el centro del ring y comenzó a saltar y saltar de un modo bobo y pueril que resultaba desesperante. Todo movimiento innecesario en el ring consume energías y pone en riesgo.<br /><br />En cuanto a su brazo izquierdo, tiene atrofiado el golpe de jab, que lanza mal y que mucho necesita para aprovechar sus brazos largos, para ponerle el ritmo a su trabajo y para mantener a su enemigo atrás de un imaginario valladar.<br /><br />Incomprensible también que su equipo tenga contratado a Roberto Alcázar y no haya sido el de la voz en la esquina. Dirigió el padre de Munguía, a quien no juzgo ni conozco en esas tareas, pero no tiene las credenciales de Roberto. Mister Alcázar es Pep Guardiola, no se lo puede tener y no usar.<br /><br />A este combatiente bravo y pendenciero, capaz de enfrentar buenos desafíos, hay que ponerle ahora un boxeador que no ande a la buena de Dios sobre el ring cuando sube a pelear.<br /><br />En el circo romano Jaime Munguía hubiera sido un campeón, ahí donde sólo se necesitaban arrojo y testículos, pero en el boxeo moderno hay que agredir y defenderse con eficacia, para prosperar.<br /><br />Otra vez, no creo que hayamos equivocado el pronóstico. Munguía va a crecer. Lo avala su carácter desafiante y eso es con lo que se va a la guerra.<br /><br />De Alejandro Magno: “No temo enfrentarme a un ejército de leones comandados por una oveja; temo enfrentarme a un ejército de ovejas liderado por un león.”Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-63132852411629646132018-07-15T10:37:00.000-07:002018-07-15T10:37:21.474-07:00Manny Pacquiao: una gran noche a pesar de Matthysse<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisE-VBUQjQYOG-a0xd00wtYnpcLb-hob97quPSPhOe_1pgkSqqDGjIJbBnsCt8E190qOFWiIeqyP_Oh0fDSt__HMurpWPM-UiYrpuklFXTGlpRp6xJBy2su_Zu-dNT9ly62zmyf0-XfVrv/s1600/Pacquiao+vs+Matthysse.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="620" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisE-VBUQjQYOG-a0xd00wtYnpcLb-hob97quPSPhOe_1pgkSqqDGjIJbBnsCt8E190qOFWiIeqyP_Oh0fDSt__HMurpWPM-UiYrpuklFXTGlpRp6xJBy2su_Zu-dNT9ly62zmyf0-XfVrv/s400/Pacquiao+vs+Matthysse.jpg" width="400" /></a></div>
Nadie esperaba más de este Manny Pacquiao de 39 años.<br /><br />Algunos esperábamos menos. No hay muchas hazañas deportivas por hombres de 39.<br /><br />A los 39 Muhammad Ali perdió con Trevor Berbick y se retiró dando pena. A los 39 Durán perdió con el modesto Pat Lawlor. A los 39 Larry Holmes, otrora invencible, fue avergonzado por Mike Tyson.<br /><br />Pacquiao fue ahora una buena recreación del de antes, algo más lento. No sabemos mucho sobre el estado de sus piernas, sobre sus reflejos y sobre cambios de ritmo porque no fue exigido. La pelea fue una escenificación fallida de una obra de dos actores porque uno faltó a trabajar.<br /><br />Antes de la pelea, en la transmisión de televisión, dije “Matthysse es un gran boxeador que ganó todas sus peleas excepto las importantes, en esas se quedó en el umbral sin atreverse a dar el último paso.” Nikefobia se llama el miedo a triunfar.<br /><br />Pero lo de anoche… ojalá lo de anoche hubiera sido eso. No hay memoria en el boxeo argentino de una vergüenza semejante. Matthysse rehusó pelear. Fue fraudulento. Me acuerdo de cómo se batían Galíndez, Monzón, Maidana, Vásquez, Lausse, Coggi, Bonavena y me dan ganas de llorar.<br /><br />A ningún deportista se le exige que dé lo que no tiene, pero a todos se les demanda sin concesiones que se entreguen generosamente al límite de lo posible.<br /><br />También Jack Dempsey era mucho más que Firpo, pero Firpo se rifó y peleó y sacó al gigante del ring antes de ser masacrado en Polo Grounds en 1923.<br /><br />Firpo perdió con dignidad.<br /><br />Algunos están pensando lo de Lucas Matthysse de una pobreza deportiva monumental; yo creo que es aun peor, de pobreza intelectual.<br /><br />He aquí un sujeto –Lucas- que no entiende el peso histórico y universal de un acontecimiento deportivo de alcance planetario, no entiende tampoco que durante 47 minutos pactados de pelea –por lo menos- él es Argentina en el corazón de millones que sufriendo con la pelea se hacen su propia piel en combate.<br /><br />Tiene Lucas atrofiada la sagrada virtud de la vergüenza y es cínico al declarar que hizo una buena pelea, para terminar escupiendo un exabrupto intolerable digno del infierno, no del lugar donde él estaba: “La c…. de tu madre.”<br /><br />Peor, imposible. ¿Cómo entender a un combatiente que está en una lucha en la que no muestra ni el menor deseo de ganar? Eligió rendirse sin luchar y exhibió su impudicia como un trofeo. Hay cosas grandes y cosas chicas en este mundo. Lo de Matthysse fue microscópico.<br /><br />Manny Pacquiao fue despojado hace un año del triunfo que merecía vs Jeff Horn, y ahora reivindica su vigencia con esta pelea absurda en la que se dio el lujo de revivir sus movimientos de noches inolvidables. Ese que vimos es Manny, no puede ser otro, él no se parece a nadie.<br /><br />Pacquiao contesta a regañadientes cuando se le pregunta por su retiro. Dijo después de la pelea que piensa en Horn, en Crawford, en Lomachenko.<br /><br />Hay Matthysses, pero hay Pacquiaos.<br /><br />Qué parias, qué pobres, qué desamparados nos vamos a sentir cuando el legendario León de Manila ya no esté en el boxeo. Afortunados somos, el proveedor mayor de las glorias del boxeo de estos días, aún no se va.<div>
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Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-5454460381658177422018-06-21T15:26:00.000-07:002018-06-21T15:27:21.514-07:00"En el boxeo el alma humana se manifiesta de modo exuberante".<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5_H1pIo6szMcj3raLUvCEhx5jyn_xklmy-aZDOx1e6n3LFbdtLGr5DtQU2xqr_KYgHDmOxpy4ZO7nB9UOrrZJ9416YHmhQDNr5XObNPB9Oyq0S2WcK6WDLkdEOLWv_T_pWPazPXLWBbuX/s1600/entrevista-eduardo-lamazon-literatura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="274" data-original-width="600" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5_H1pIo6szMcj3raLUvCEhx5jyn_xklmy-aZDOx1e6n3LFbdtLGr5DtQU2xqr_KYgHDmOxpy4ZO7nB9UOrrZJ9416YHmhQDNr5XObNPB9Oyq0S2WcK6WDLkdEOLWv_T_pWPazPXLWBbuX/s400/entrevista-eduardo-lamazon-literatura.jpg" width="400" /></a></div>
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La relación entre el boxeo y la literatura es amplia, y añeja. Editorial Almadía, en mancuerna con Producciones El Salario del Miedo y Proceso, presenta la colección A puño limpio, una antología de narrativa boxística que será publicada en doce volúmenes, que aparecerán de manera periódica y estarán disponibles en puestos de periódicos.</div>
<br />Las entregas incluyen firmas que van desde clásicos como Homero, Arthur Conan Doyle, Jack London o Norman Mailer, hasta autores contemporáneos como Alberto Salcedo Ramos, Ricardo Garibay, José Ramón Garmabella, Joyce Carol Oates, James Ellroy, Eduardo Lamazón y Julio Cortázar.<br /><br />En entrevista, el historiador y cronista, Eduardo Lamazón señala que, como ningún otro deporte, el pugilismo es una metáfora de la vida.<br /><br /><b>¿Por qué hacer una colección sobre boxeo y literatura?</b><br />Surgió por iniciativa de la editorial. Me invitaron a escribir el prólogo del primer tomo, así como dos textos más que aparecerán en entregas posteriores. Hace cincuenta años compré mi primer libro de boxeo, tengo 62 años, pero fui lector y apasionado del boxeo desde los diez. Nunca había visto una recopilación tan interesante sobre literatura dedicada al box. En la colección leeremos a cerca de cien autores, algunos incluso ganadores del Premio Nobel.<br /><br /><b>A diferencia del fútbol, desde siempre los escritores encontraron un asidero de historias en el box.</b><br />En el box el alma humana se manifiesta de modo exuberante. Cuando fui a visitar a Manny Pacquiao, un día antes de que peleara con Joshua Clottey en Dallas, me contó que, en una ocasión, siendo niño, en su casa sólo había una lata de atún para alimentar a siete personas. Años después, esa misma persona estaba por ganar 42 millones de dólares en una hora de trabajo. ¿Cómo no les va a interesar una historia como ésta a los novelistas o contadores de historia? El boxeo es una metáfora de la vida. Al igual que en el día a día, te caes, te levantas, superas obstáculos, tomas venganza, te marcas objetivos, fracasas y triunfas. Por eso es un deporte aceptado en prácticamente todas las comunidades del mundo y por eso se practica desde siempre. El hombre ha peleado toda su existencia, primero para sobrevivir y segundo porque liarse con los demás es parte de la naturaleza humana.<br /><br /><b>Dice que el boxeo es una metáfora de la vida. ¿Cómo entendemos entonces que América Latina sea semillero de buenos peleadores?</b><br />Vivimos en un mundo donde abunda la miseria económica y moral. A veces no comprendo cómo es que no hay más boxeadores; es un salvavidas para los desheredados; una ventana para quien tiene todas las puertas cerradas. No hay arquitectos ni abogados boxeadores, es una disciplina para la gente más humilde del mundo. Es curioso e incomprensible porqué Brasil no da boxeadores. Quizá se deba a que ahí el futbol es una religión. En cambio, Nicaragüa, México, Puerto Rico, Cuba, Venezuela y Latinoamérica en general tienen grandes campeones.<br /><br /><b>En términos literarios el boxeo da buenos personajes: épicos y que de alguna manera buscan la redención.</b><br />Sin duda, por eso es el deporte que más se ha recreado en el cine. Los boxeadores han pasado por el infierno antes de llegar a ser famosos, cosa que probablemente no sea tan acentuada en un futbolista.<br /><br /><b>¿Qué textos sobre boxeo tienen un impacto de nocaut?</b><br />Varios. Budd Schulberg escribió Más dura será la caída, uno de los grandes textos sobre el boxeo. El combate de Norman Mailer es sobresaliente, entre otras cosas por incorporar el tema del racismo. A finales del siglo XIX había muchos boxeadores negros de una calidad extraordinaria, se considera que Sam Langford pudo haber sido uno de los más grandes pesos completos de la historia y no fue campeón mundial porque no lo dejaban pelear con blancos. Era el tiempo de John L. Sullivan, Jack Dempsey y Jack Johnson.<br /><br /><b>¿Hay crisis en el boxeo?</b><br />Sí y no. Hay buenos peleadores, pero la crisis está en la dirección del boxeo. En este momento el boxeo es un barco a la deriva, se ha prostituido con la abundancia de campeones mundiales. Se han inventado una cantidad de títulos que ofende. Cuando Mohamed Ali, Rocky Marciano o Julio César Chávez eran campeones mundiales todo mundo los reconocía. Hoy te reto a que alguien en plena calle te diga quién es el campeón mundial de peso completo.<br /><br /><b> Por lo mismo hay pocas peleas estelares al año.</b><br />Sí, en la antigüedad los boxeadores peleaban mucho. Desde el boom de la televisión en los años setenta, todo esto se transformó y preparar una pelea multimillonaria toma tres o cuatro meses, por eso los grandes como Pacquiao, Mayweather o El Canelo, pelean dos o tres veces año cuando mucho.<br /><br /><b>¿Cuál es el boxeador que más lo ha impresionado?</b><br />El peleador más impresionante que he visto sobre el ring es Roberto “Manos de piedra” Durán, considerando que el arte es subjetivo y una emoción estética. Eso no quiere decir que si alguien opina que es Sugar Ray Robinson, Julio César Chávez o Mohamed Ali, este equivocado.<br /><br /><b>¿El Canelo está sobrevalorado?</b><br />No, me gusta como peleador y no entiendo porque para algunos aficionados lo detestan o dicen que es una creación de la televisión. Probablemente no es un inmortal, pero es un buen boxeador. Le pedían que peleara contra alguien importante y ya lo hizo con Golovkin, y en mi opinión ganó, lástima que dieran empate.<br /><br /><b>Volverán a enfrentarse en septiembre, ¿cuál es su pronóstico?</b><br />En este momento las apuestas están 2 a 1 a favor de Golovkin, no entiendo muy bien por qué. Supongo que es un combate que se puede ir a cualquier lado y además El Canelo probablemente pueda sacarle ventaja a su juventud.<br /><br /><b>¿Hay falta de credibilidad en el boxeo? ¿Se arreglan los combates?</b><br />Los combates no están arreglados, sí hay pérdida de confianza, pero siempre ha sido así. La gente se indigna por malas decisiones, porque el principal problema del boxeo son los malos jueces, pero este tipo de polémicas han acompañado a este deporte a lo largo de su historia.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-6461897763950766912018-05-06T12:52:00.000-07:002018-05-06T13:08:38.742-07:00Gennady Golovkin cobra fuerza otra vez<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD1pY68m5wVGQ5__xtgsToFYxKdXKjDQuYBS2uWV4suzdVSAmDR9Tfvd3H-24ZPLyBpYbbpXQLSAFIayJSGH9HzjUQDbbwu8vBknW1EGIpcbXmny88VuDv_9Em-fgs8ULGRk_1ajtJFygl/s1600/Golovkin+vs+Martirosyan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="478" data-original-width="634" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD1pY68m5wVGQ5__xtgsToFYxKdXKjDQuYBS2uWV4suzdVSAmDR9Tfvd3H-24ZPLyBpYbbpXQLSAFIayJSGH9HzjUQDbbwu8vBknW1EGIpcbXmny88VuDv_9Em-fgs8ULGRk_1ajtJFygl/s320/Golovkin+vs+Martirosyan.jpg" width="320" /></a></div>
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La pelea GGG-Martirosyan fue una desgracia desde que se anunció, porque no suponía riesgos para aquél y porque era una sustitución depauperada del duelo malogrado con el Canelo.</div>
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No obstante, el insuceso pudo ser peor. O, dicho de otro modo, yo no esperaba tanto, aunque tanto sea tan poco. Por eso cuando Jack Reiss protegió con el conteo final a ese Vanes Martirosyan martirizado hasta la humillación, dije en la transmisión de televisión: ‘en el boxeo las peleas pueden ser largas o cortas, y eso no tiene que ver con que sean buenas o malas. Ésta fue una pelea corta y buena.’ (Michael Spinks era una maravilla y a Tyson le duró menos que Martirosyan a GGG).<br />
<br />
Algunas personas me reconvinieron por esta afirmación. No encontraron nada bueno en la brevedad de la reyerta. Olvidan que a un boxeador no se lo debe criticar por no ser mejor de lo que es, lo único que merece críticas es la indignidad de no entregar en el ring todo lo que se tiene.<br />
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Si no esperaban eso, lo que vimos, del armenio, no sé qué esperaban.<br />
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El boxeo no es -nunca ha sido- ver pelear siempre al mejor contra el mejor. Leonard defendió contra Bruce Finch, Marvin Hagler contra el Caveman Lee, Joe Louis contra Jack Roper, Lumumba Estaba contra Rafael Lovera, Carlos Zárate contra Messan Kpalongo, y Mike Tyson al salir de la cárcel peleó con Peter McNeely.<br />
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Martirosyan es boxeador profesional. Le ofrecieron una pelea y la tomó. Antes había aceptado peleas en las que era el favorito, ahora le tocaba estar del otro lado. Su negocio no es hacer que las peleas sean equilibradas, su negocio es ganar dinero y si se puede gloria deportiva mejor.<br />
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Es cierto que camino al ring su rostro era el de un condenado que marcha al patíbulo, pero peleó. Ganó el primer round para varios observadores (para mí no) y en el segundo fracasó porque su proyecto era morirse peleando.<br />
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Digo que no se escondió, digo que no se ahorró ni pizca de dolor, digo que puso el pecho a las balas. Nadie si no es un valiente pone el mentón por delante a esos 7/8 golpes finales de GGG que dieron en el blanco con una precisión inaudita.<br />
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No pretendo afirmar que esta pelea estuvo bien, pretendo decir que esto es inevitable en el boxeo. Nada para sorprender, siempre ha sucedido. A veces los buenos campeones tienen malos, o débiles, o indignos oponentes.<br />
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¿Por qué? Porque los promotores toman ventaja. Porque los organismos que celebran que las peleas sean titulares dicen que sí a aspirantes que deberían vetar, porque las autoridades hacen excepciones reglamentarias (Martirosyan no estaba clasificado, venía de una inactividad extracurricular, y venía de perder).<br />
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Lo de ayer, si Golovkin hubiera (el hubiera sí existe) peleado con el Canelo, habría sido histórico, en cambio con lo que vimos ni se habló de las veinte defensas consecutivas de Golovkin que lo igualan a Bernard Hopkins en peso medio.<br />
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Rescato que la brevedad de la contienda, y el trabajo sin fallas de Golovkin le agregan contenido a una próxima posible segunda pelea con Álvarez.<br />
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Saúl ganó la primera y no se la dieron.<br />
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Golovkin exhibió en la definición la precisión de esos juegos en computadora donde una arma infalible acaba con todo. Busque usted una definición de ocho golpes, la que quiera, aunque sea en boxeadores de gran nivel. Verá que fallan cinco.<br />
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Gennady Golovkin cobra fuerza otra vez. Cobra fuerza por la genialidad de una definición admirable que nos dice que el legendario combatiente goza de aceptable salud. Esa rúbrica alcanza para salvar su cómoda aventura de ayer.<br />
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Con este Golovkin, con un Canelo que se extrañó como nunca, una nueva pelea entre ambos es urgente y necesaria.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3403745246011758605.post-42997452846812644962018-03-01T15:09:00.000-08:002018-03-01T15:09:11.681-08:00Lo del Pantera en Tokio, ¿se condena o se celebra?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Desde el ‘affaire’ Douglas-Tyson en 1990 no había sucedido en Tokio algo tan escandaloso en el boxeo.<br /><br />El Pantera Luis Nery, el campeón mundial gallo, se excedió en el pesaje por latosos dos y medio kilos que causaron estupor en los observadores. No se había visto una pifia de tales dimensiones en circunstancias similares.<br /><br />Pero Nery peleó, ya sin ser campeón ni aspirante, y ganó. Pulverizó al local Shinsuke Yamanaka con irrefutable facilidad, sin recibir un solo golpe.<br /><br />En el momento que escribo Luis Nery regresa de Japón. Me pregunto si lo hará con la alegría de haber ganado el combate o con la pena de haber dejado el título. Es probable que lo acometan al mismo tiempo las dos sensaciones.<br /><br />El triunfo es bueno, si usted quiere una hazaña, pero no repara lo sucedido en las horas anteriores a la pelea. Lo bueno es bueno y lo malo sigue siendo malo. No se pasó 100 gramos, se pasó tanto que el problema no tenía solución. Se esperaba que diera un peso que dio hace 6 meses, no hace 6 años. Además el pesaje un día antes de la pelea permite sacrificios y tiempo de recuperación que por años no había en Pugilandia.<br /><br />La pregunta es: ¿se puede manejar así una carrera exitosa? ¿Los admirables del boxeo, digamos Julio César Chávez, Wilfredo Gómez, Sandy Saddler, cometieron alguna vez un error así?<br /><br />Hay que hacer todo mejor, y si no se hace estamos instalados en una realidad preocupante. México es en el boxeo lo que Brasil o Alemania son en el futbol. Un retroceso en el inventario de talento es un lujo no permitido. Se pudo hacer mejor lo que hizo César Juárez en Ghana, lo que hizo Moi Fuentes en Naha, lo que hizo Carlos Cuadras en Los Ángeles y hasta lo que hizo el Gallo Estrada en el Forum, porque yo digo que lo hizo bien pero no dio su límite.<br /><br />Perder no es el problema. Si se pierde con un adversario superior es normal, pero perder con uno mismo es el epítome del fracaso.<br /><br />Ya no hay un Cuyo Hernández en el boxeo mexicano. Ni hay un Chilero Carrillo que fue el mejor de los maestros. Ni hay Pancho Rosales ni hay Pepe Hernández.<br /><br />¿No valen los de ahora? ¿Los Kochules, Alfredo Caballero, Tony Flores, Beristáin, los señores Reynoso? Sí, valen. Valen mucho. Pero el boxeo mexicano no se adapta a los tiempos. El concepto velocidad que incorporó Estados Unidos hace 30 años, aquí no llegó.<br /><br />Le pregunto a los boxeadores si cuentan los golpes que tiran en el entrenamiento (con el propósito de aumentar su capacidad de fuego) y sin excepción se sorprenden y lo niegan.<br /><br />La defensa del boxeador mexicano está como siempre, mal. Le pregunto a Nacho Beristáin por qué somos de defensa mediocre o mala y me responde en su francés habitual: “No sé, yo les enseño pero estos cabrones no aprenden”.<br /><br />Y de la preparación física, que en todas las latitudes descubre un mundo nuevo cada día, mejor no hablemos. Julio César Chávez fue a ver hace poco un entrenamiento de Manny Pacquiao y me dijo: ‘Lamazón, si yo hubiera entrenado así habría sido el doble de lo que fui.”<br /><br />El boxeador mexicano es una maravilla. Como concepto general está bien. Si un mexicano pelea con un inglés, el favorito es el mexicano; si pelea con un gringo, también; si pelea con un japonés, igual. Pero el mejor amigo del fracaso es la actitud del que es el mejor y deja de luchar, de esforzarse.<br /><br />Si pierde el Canelo el 5 de mayo, viviremos una hecatombe, a pesar de que el Gallo no haya merecido perder y a pesar de que Nery haya levantado los brazos en señal de victoria después de haber cohabitado con la torpeza de llegar tan pesado.<br /><br />Si el Canelo gana a GGG, esa columna poderosa que es el jalisciense, ese Hércules moderno que ha llegado a ser, sostendrá todavía la estructura del boxeo mexicano en lo inmediato.<br /><br />Por lo demás, que se ponga el saco quien sienta que le acomoda. Yo creo en un mundo donde cada cual haga bien lo que le toca.<br /><br />Y todos podemos mejorar.<br /><br />Mejorar es un privilegio de la inteligencia.Unknownnoreply@blogger.com